Hace un par de meses presentó 'Maestrazgo templario', una guía personal por esta ruta turolense tan apabullante. Sergio colabora a menudo con programas como 'Cuarto milenio' o escribe en revistas especializadas.

--¿Cuándo se apasionó por estos temas?

--Realmente yo era un joven con escasa noción de estos asuntos; escuchaba la radio, leía algún artículo, todo por mera curiosidad. Hasta que un día llegué a Bordón y visité la iglesia.

--¿Y?

--Y me quedé maravillado. Bordón es un pueblo pequeño, alejado de las grandes rutas, pero que está en la zona del Temple. Allí descubrí que esa iglesia tan barroca, tan policromada, tan recargada, con una virgen negra, era en realidad un código.

--¿En serio?

--Esa fue mi impresión. Y me dediqué a descifrar esas señales. Ya no pude detenerme.

--Y descubrió la ermita de San Miguel en Ladruñán.

--Exacto. Otro descubrimiento asombroso. Ahora está en ruinas, pero en su tiempo fue edificada en el abrigo de una montaña, en un hueco espectacular, de manera que levantaron cuatro plantas. Al derrumbarse se trasladaron a Cuevas de Cañart, donde construyeron otra gran iglesia, que aún se puede contemplar.

--Hablamos de los monjes servitas.

--Así es; los servitas fueron unos monjes extraños, vestían de negro y procedían de Florencia. Y durante la guerra carlista fueron exterminados en una gran escabechina en Cuevas.

--¿Es cierto que una acompañante suya no pudo entrar en esa iglesia?

--Es cierto; ni ella ni yo sabíamos que allí había sucedido esa matanza, pero algo le impedía a mi acompañante entrar. Y se quedó fuera.

--¿Qué tiene el Maestrazgo?

--Cada uno encuentra allí algo distinto. Pero es cierto que flota una fuerza arrolladora, producto de tanta historia. Uno se siente empequeñecido, perdido ante tanta energía.

--¿Por qué los templarios eligieron esos sitios?

--No es gratuito; los templarios fueron construyendo encomiendas y pueblos, trazando una línea hasta Peñíscola. Cada encomienda está a unos 30 km de distancia, para tener paradas en su viaje. Son líneas telúricas.

--Usted ha escrito su viaje.

--Así es; no es una guía científica ni es una guía de viajes. Es mi guía, mi viaje, una ruta con mis comentarios, mis impresiones. Pero también digo que no recomiendo a todo el mundo que haga ese viaje.

--¿No?

--Puede decepcionar. Son paisajes y rutas que no son para un turismo masivo, para gente que quiere ver aquello en un par de horas, y largarse a casa. Hay que saber a lo que se va; en ese caso es muy enriquecedor.