Las consecuencias de los recortes en materia de Educación no solo afectan a la calidad educativa del sistema, sino que también los propios profesores evidencian "un malestar callado" al respecto. En Aragón, el 95% de los docentes de Secundaria dicen estar "cansados" y "desmotivados" en su tarea y afirman tener "un estado de ánimo bajo".

Además, un 66% de ellos apuntan que su salud "se ha visto deteriorada en grado notable" como consecuencia de todos los efectos. Así se desprende de la encuesta promovida por la Plataforma en Defensa de la Escuela Pública de Zaragoza entre el personal docente de Secundaria de 34 centros y llevada a cabo por tres profesores del IES Andalán. "Están pasando cosas en la educación diariamente, pero los docentes no lo pueden expresar y estos datos son reveladores", apuntó Carlos Mas, autor del documento junto a María Gómez y Joaquín Mínguez.

Un total de 141 profesores en activo de la comunidad contestaron a las preguntas, todos ellos con un promedio de docencia de 22 años y una edad comprendida entre los 45 y los 60 años. La encuesta también detalla un 14% de reducción en los cupos de profesores de los centros en los dos últimos años, así como un 14,7% de reducción del presupuesto ordinario en los centros. "Lo que no hemos podido saber es el criterio que sigue la Administración y el motivo para reducir más en unos colegios que en otros", apuntó Mas.

FALTA DE TIEMPO Otra de las mayores preocupaciones del colectivo es la falta de tiempo. Entre un 80% y un 90% de los profesores reconocen que no cuentan con horas suficientes para planificar tareas como las reuniones de los claustros o las tutorías con padres y alumnos debido al aumento de horas lectivas.

Respecto a la futura implantación de la Lomce, los profesores reconocen que "hace falta una reforma", pero consideran que la Lomce "no es la solución". El 90% de los encuestados creen que la ley es "inoportuna, innecesaria y negativa" porque "no incentiva la carrera profesional ni mejora la labor docente".

Los profesionales se reconocen valorados por los claustros, pero exponen "un deterioro notable" de las condiciones laborales, con un "incremento de horas lectivas" y "el aumento del número de alumnos" por cada profesor. Así, un 66% de los encuestados dicen que el aumento de estudiantes "conlleva un deterioro en la atención educativa prestada al alumno". Además, el 98% reconoce un incremento en sus aulas de alumnos con necesidades especiales.