El antiguo Museo Barbie, que hasta hace tres años estaba ubicado en una casona tradicional del siglo XVI en Lanaja, se va a trasladar en los próximos meses a Cuba, según desveló a Efe su propietaria, María Pilar Marín-Yaseli. Dedicada exclusivamente a esta muñeca que en el 2009 cumplió 50 años, la colección del museo la componen más de mil piezas, entre ellas más de 700 barbis y 200 trajes confeccionados por su propietaria. El museo fue inaugurado en el 2008 en un edificio rehabilitado que en sus orígenes hacía de granero, tras unas obras que su propietaria cifra en "un millón de euros".

El museo cerró en el 2011, porque no "recibía ninguna ayuda" institucional y, como la entrada era gratuita, mantener el museo abierto era "mucho gasto", subrayó Marín-Yaseli, que arremetió con la anterior corporación municipal, que le llegó "a cortar incluso el agua".

Como el museo está cerrado al público, María Pilar Marín-Yaseli, que ha visitado la isla caribeña en otras ocasiones, se puso en contacto con las instituciones cubanas para proponerles la idea de trasladar allí sus muñecas y que los niños cubanos pudieran disfrutar de su colección. De momento, está a la espera de los permisos del Estado cubano para poder enviar sus muñecas, si bien confía en que en el plazo "de un mes" ya sepa en qué fecha trasladará las obras a la isla.

La mujer quiere compartir su ilusión por las barbies con los niños cubanos, ya que muchos "no han tenido en su vida una muñeca".

La relación de esta mujer con sus muñecas nació cuando sus dos hijas eran pequeñas. "Cada vez que tenía ocasión, les compraba alguna, por lo que el número de barbies fue aumentando hasta llegar hasta casi 300". Cuando sus hijas crecieron y dejaron de jugar con las muñecas, a María Pilar le dio pena deshacerse de ellas, por lo que las guardó a buen recaudo.

Unos años más tarde, Marín-Yaseli tuvo un accidente de tráfico que le impidió seguir desempeñando su función de empresaria en Zaragoza, por lo que para ocupar su tiempo decidió desempolvar sus muñecas y comenzar a confeccionarles trajes.

Al cabo de unos años, entre nuevas adquisiciones, donaciones y regalos de familiares y amigos, el número de barbies creció hasta conseguir este museo, que estuvo abierto durante tres años.

El Ayuntamiento de Lanaja, por su parte, no quiso ofrecer a Efe su postura sobre este asunto y la marcha del museo.