La universidad sigue padeciendo la estrechez económica del Gobierno de Aragón, que, pese a haberse comprometido a elaborar un nuevo modelo de financiación antes del verano, sigue dando largas a la institución académica. Tampoco hay noticias de la partida procedente del Fondo de Contingencia que la consejera, Dolores Serrat, quiere destinar al campus público para acometer obras en Filosofía, Interfacultades o Veterinaria y equipar la nueva Facultad de Educación. El Departamento de Hacienda asegura no haber bloqueado esa partida, pero advierte de la "falta de novedades" en este asunto. De nuevo, la universidad contó con 0 euros para infraestructuras en los presupuestos del Ejecutivo.

El rector, Manuel López, que accedió hace unos meses a la presidencia de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), ha venido reclamando esta partida, aunque en sus declaraciones parece excusar, en cierto modo, a Serrat, con la que asegura mantener una buena relación. Distinto es el caso respecto al ministro de Educación, José Ignacio Wert, con el que la universidad ha mostrado diferencias de criterio, sobre todo, en la aplicación de tasas y el endurecimiento de los requisitos para obtener beca, primando el rendimiento académico.

De hecho, la universidad ha modificado su planteamiento para tratar de que sus becas propias alcancen al mayor número posible de alumnos, atendiendo a su situación económica.

Además, la tijera también sigue afectando a la investigación, una cuestión que preocupa especialmente al rectorado. En cinco años, la comunidad autónoma ha perdido unos 650 investigadores.