Los desafíos a los que se enfrenta el tratamiento del dolor crónico, que en de Aragón sufre el 17% de la población (229.015 personas), será uno de los asuntos que se debatirán en la Jornada Aragonesa de Actualización en el Tratamiento del Dolor que se celebra en Zaragoza.

Organizado por la Sociedad Aragonesa del Dolor (SAD), el encuentro se desarrollará mañana y el sábado con la finalidad de fomentar y difundir los conocimientos entre los más de cien médicos de Atención Primaria y residentes de diferentes especialidades asistentes, ha informado la organización.

En este sentido, la presidenta de la SAD, María Dolores Rodrigo, ha destacado que uno de los objetivos de la jornada es enseñar el tratamiento de pacientes con estados de dolor agudo y crónico que no responden a otras terapias, así como contribuir a una buena interrelación entre médicos de diferentes disciplinas.

Entre las enfermedades que más requieren tratamientos contra el dolor se encuentran las que afectan a las estructuras nerviosas, las oncológicas y las asociadas al envejecimiento, como la artrosis o la osteoporosis, según Rodrigo.

Los dolores más frecuentes por los que los aragoneses acuden al médico son el del músculo esquelético de diferentes tipos, el degenerativo y el dolor neuropático, que es habitual pero muy difícil de tratar, así como el cefálico y facial, además del oncológico.

Los avances en el tratamiento de estas dolencias está llegando por el desarrollo de nuevas moléculas en fármacos opioides y neuromoduladores y mediante la evolución tecnológica como la radiofrecuencia, la toxina botulínica y los sistemas protésicos para la estimulación eléctrica e infusión espinal, según las fuentes.

Según los datos de la campaña internacional Change Pain, avalada por la European Pain Federation, el dolor crónico representa 500 millones de días de enfermedad al año en la Unión Europea y unos costes acumulados de 34.000 millones de euros.

En España, el dolor crónico afecta al 17,25 % de la población, unos 6 millones de personas, y al 20 % de la población europea (en torno a 80 millones de personas).

El reconocimiento de la importancia que tiene el tratamiento para el dolor ha sido mucho más lento en comparación con los logros alcanzados en otras áreas terapéuticas y, por ello, los expertos coinciden en que es necesario que esta rama de la medicina de un paso adelante para tratar de alcanzar una especialización en los tratamientos y poder satisfacer las necesidades de los pacientes que lo requieran.