Aunque todavía están reformando el solar, ya se han podido localizar los primeros actos de vandalismo. La cerradura del recinto apareció forzada y algunas latas de cerveza se podían ver esparcidas por la zona. "Pasa muy frecuentemente con los solares del barrio, lo hace una minoría muy minoría", explicó Ana Sanromán. De hecho, desde el PICH están estudiando que la gestión del gimnasio pase a ser del centro de día para evitar sucesos como este. "Es un lujo tener estos espacios, deberían intentar respetarse más. Con eso tenemos que lidiar", lamentó Sanromán.