El rey Felipe VI comprobó ayer en Zaragoza las capacidades de la Brigada de Sanidad del Ejército de Tierra que, tras 12 años de existencia como cuerpo unificado, ha perfeccionado su disposición para atender a soldados en el frente e incluso a la población civil en catástrofes humanitarias como el terremoto de Lorca, en Murcia.

La brigada está desarrollando esta semana el ejercicio White Snake --bautizado así por la serpiente blanca que adorna los escudos de las unidades sanitarias--, para evaluar y afinar la capacidad de despliegue de sus distintas unidades, simulando la atención sanitaria en una operación real. El Rey, que llegó por la mañana en helicóptero al campo de San Gregorio, visitó y dio el visto bueno a la preparación de la tropa.

La brigada cuenta con un total de 588 efectivos, divididos en dos agrupaciones sanitarias --las de despliegue rápido--, de las cuales la Agrusan 3 tiene base en Zaragoza y cuenta con 165 hombres. La brigada la integran además el cuartel general, la logística y una unidad específica para montar y gestionar el hospital de campaña. Las mujeres suponen un cuarto de la plantilla de la brigada, todo un hito entre las fuerzas armadas. Y también pueden presumir de tener un 93% de permanencia del personal al que se le ofrece el cambio de destino.

Felipe VI, en su segunda visita de carácter militar a Zaragoza en un mes, repasó la tarea de la brigada junto al jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, el general Jaime Domínguez Buj. Fue antes de recibir el saludo de la presidenta en funciones de la DGA, Luisa Fernanda Rudi; el delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde y el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente.

En el camino, el monarca comprobó cómo actúan las células de estabilización, que atienden a los heridos en vanguardia y los estabilizan para el traslado. La modernización de la unidad es palpable en el sistema de telemedicina táctica, que transmite en tiempo real la monitorización del paciente --datos biomédicos--, imagen y sonido para contar con ayuda en la toma de decisiones.

El Rey supervisó las posibilidades de traslado en vehículo terrestre o helicóptero --que la unidad tiene capacidad de medicalizar--, y los equipos quirúrgicos de intervención rápida o de cirugía avanzada, distintas configuraciones de campamentos según la urgencia del depliegue y las necesidades de atención.

Felipe VI mostró particular interés por el Núcleo Básico de Activación del Hospital de Campaña, un complejo que, en un plazo máximo de montaje de 25 de días, puede actuar como un hospital convencional para una ciudad de 20.000 habitantes, con todos los servicios.