El Gobierno de Zaragoza está ultimando el borrador de las ordenanzas fiscales. Ayer comenzó la ronda de contactos con PSOE y CHA y hoy hará los propio con Ciudadanos y el PP. Todo apunta a que habrá una congelación de las tasas. La incógnita se centra en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y en las plusvalías, los dos quebraderos de cabeza del concejal de Economía, Fernando Rivarés.

La próxima semana el equipo de Gobierno presentará la propuesta definitiva que permita mantener los ingresos modificando algunos impuestos. Lo hará en un escenario protagonizado por la deuda acumulada por el consistorio --está pendiente del crédito de 90 millones que solicitó en agosto al Fondo de Inversión Local-- y la elaboración de los presupuestos del 2016.

El principal problema al que se enfrentan es el fin de las bonificaciones del IBI de los últimos tres años, por lo que se prevé una subida considerable en la factura de los ciudadanos. Lo ideal sería lograr compensar este incremento con la rebaja de otras tasas. Desde Zaragoza en Común (ZeC) pretenden que paguen, más los tramos más altos.

Desde el PSOE apuestan por mantener la presión fiscal, incluído el IBI. Para compensar su subida, proponen reducir el tipo --único margen de maniobra que tiene el consistorio-- un 20%, de esta manera los ciudadanos no lo notarían tanto en su factura y no supondría una merma para las arcas municipales.

Desde CHA quieren evitar la "subida brutal" del recibo del IBI. "Hay que compensar a las familias que peor lo están pasando, señaló el concejal del grupo, Carmelo Asensio, pero "la ley Estatal nos permite hacer muy poco", explicó. Una limitación que está dificultando el diseño de las nuevas ordenanzas.

Desde el PP propondrán mantener el tipo de IBI al mismo nivel que el año pasado para el 2016. Su portavoz, Eloy Suárez, alertó de que "si nadie lo remedia se incrementará el recibo un 30%". El popular invitó al resto de grupos a que apoyen su iniciativa de que el recibo no suba "ni un euro". Ciudadanos todavía no ha manifestado su postura a la espera de reunirse hoy con el concejal de Economía.

La plusvalía es el segundo gran debate. Desde el Gobierno de la ciudad quieren evitar que se sigan rechazando herencias por no poder asumir los costes. Todo indica a que se reducirá el tipo en las primeras viviendas para salvar esta brecha.

Otra de las tasas que tendrán que ser revisadas será el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE). Para ello, el consistorio tendrá que hacer una revisión catastral del callejero para definir qué zonas de la ciudad deben pagar más o menos.

Rivarés seguirá la ronda de contactos con el PP y Ciudadanos. La próxima semana presentará una propuesta firme sobre las ordenanzas fiscales. Una prueba de fuego en la que se vislumbrarán los apoyos de los grupos del consistorio. El alcalde, Pedro Santisteve, solo suma 9 votos a favor de unas propuestas que supeditarán los presupuestos municipales del próximo ejercicio.