Santisteve reivindica una Academia General Militar «no militarista»

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, aprovechó ayer su papel de anfitrión en la presentación de los actos por el 90 aniversario de la Academia General Militar (AGM) en la capital aragonesa para reivindicar una institución «no militarista». No por él, sino porque es lo que quiere Zaragoza, afirmó.

También confió en un «diálogo» con Defensa que permita «reducir paulatinamente» las «servidumbres» de la ciudad con las Fuerzas Armadas -el campo de maniobras de San Gregorio, los acuartelamientos de la carretera de Huesca, etc.- «hasta que desaparezcan», cuando se instale «una verdadera cultura de la paz». Opuesta al militarismo, como prioridad de la fuerza en la resolución de los conflictos sociales, ilustró.

Santisteve tampoco se ahorró enumerar los problemas de «corrupción, falta de transparencia y violencia de género» que la institución castrense comparte con otras. Eso sí, destacó a la AGM como «referente» educativo, ampliamente respaldada por la sociedad y con numerosos exalumnos que vuelven a la capital «con nostalgia». Y recordó asimismo a las víctimas del Yak-42 y a todos los soldados zaragozanos caídos en acto de servicio.

CELEBRACIÓN

El general director de la AGM, Luis Lanchares, ensalzó por su parte el «siempre importante y siempre necesario» campo de San Gregorio para el correcto adiestramiento de las tropas acuarteladas en Zaragoza, y en toda España, incluso de otras partes del mundo.

Se congratuló del «año feliz» del 90 aniversario del traslado de la Academia a Zaragoza desde Toledo, que supone también el 135 de la institución. Una Academia «perfectamente integrada» en la ciudad, con la que mantiene «un fuerte vínculo» que los actos de este año pretenden estrechar.

Para ello se celebrarán, según detalló el coronel Miguel Santamaría -coordinador del programa de actos- diversos eventos, comenzando por un concierto y con el momento estrella el sábado, 27 de mayo. Será una jornada de puertas abiertas para que los zaragozanos puedan conocer la labor de los educadores y asistir a un concurso hípico o un amistoso con los veteranos del Real Zaragoza, entre otros actos.