La banda de ladrones búlgaros que adoptó la idea del Corredor Cantábrico Mediterráneo para llevar a cabo los asaltos llegó a desvalijar 14 viviendas en la capital aragonesa. Los cuatro detenidos, hace dos semanas durante una operación hecha pública ayer, actuaron en Pamplona y Valencia, lugar donde tenía su centro de operaciones.

Los arrestados tenían un alto dominio en la apertura de cerraduras por los métodos del ganzuado, bumping, impressioning y magic key. Ocultaban los objetos sustraídos en sendos trasteros de Valencia, donde los agentes se incautaron de un arma de fuego procedente del robo en el domicilio de un militar, así como joyas y útiles relacionados con el tráfico de drogas, entre otros. La investigación comenzó con un robo cometido en Pamplona en febrero del 2016 en el que sus autores sustrajeron dinero en efectivo y joyas valoradas en unos 30.000 euros. Al parecer se trataba de un grupo itinerante especializado en el robo en domicilios.

PESQUISAS / Los agentes pudieron comprobar cómo la organización llevaba años actuando en otras localidades como Pamplona o Zaragoza. De hecho, en la capital aragonesa fue detenido por el Grupo de Robos de la Jefatura Superior de Policía en Aragón uno de los miembros de esta organización, tal y como adelantó EL PERIÓDICO.

La labor de este hombre, identificado como P. K., consistía en localizar las viviendas que luego eran robadas. Lo hacía en compañía del cabecilla del grupo, que se desplazaba a Zaragoza desde Valencia -a primera hora de la mañana y generalmente en días alternos- para recorrer a pie la ciudad entrando en diversos portales y tomando evidentes medidas de seguridad. Por los servicios prestados en los robos cometidos en esta ciudad, recibía del principal investigado 1.000 euros semanales en pago por su colaboración.

El cabecilla era el encargado de dar salida a las joyas sustraídas, para lo que se desplazaba a Madrid, donde contactaba con un perista de su confianza. Por otro lado, también contaba con la colaboración de su esposa, quien no solo era plenamente consciente de la actividad delictiva de su marido sino que además le facilitó la cobertura necesaria.

Este miembro de la banda fue detenido en Valencia cuando se dirigía hacia Madrid para vender parte de las joyas.

La Policía se incautó de una careta, una gorra y otras prendas para ocultar sus rostro en los asaltas; así como múltiples efectos relacionados con el robo, principalmente ganzúas para distintos modelos de cerraduras, extractores y rompedores de bombillos, telescopios de mirilla y hasta inhibidores de frecuencia.