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ESTUDIO SOBRE LA CUENCA HIDROLÓGICA

El Ebro podría tener otros 800 kilómetros de reservas fluviales

Un grupo de expertos aplica un programa para preservar el medio

El Ebro podría tener otros 800 kilómetros de reservas fluviales

La cuenca del Ebro podría aumentar en 858 kilómetros la actual extensión de reservas fluviales protegidas, que suponen 385 kilómetros contenidas en 25 zonas. Estos espacios serían representativos de toda la biodiversidad actualmente presente en el espacio hidrológico, que ha sido objeto de un estudio del equipo de trabajo de Reservial, un proyecto de la Universidad de Barcelona y Freshwater Ecology and Management Research Group. El trabajo, que ha contado con intervención popular, fue presentado ayer en la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

«La principal conclusión del documento es que la herramienta de planificación sistemática para diseño de espacios naturales merecedores de protección que hemos utilizado es perfectamente aplicable a la cuenca del Ebro y da resultados viables», señaló ayer Tony Herrera, biólogo y miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua, que forma parte del equipo de investigadores.

El estudio realizado muestra, según este experto, que «haciendo un esfuerzo de protección un poco mayor se puede garantizar la biodiversidad asociada a la cuenca del Ebro», con las especies amenazadas y todas las tipologías de ríos.

Una reserva fluvial es un espacio definido y gestionado legalmente para lograr la conservación a largo plazo de la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y los valores culturales asociados. Normalmente, estas reservas son tramos de dos kilómetros, como mínimo, en los que no ha habido intervención humana o ha sido muy leve.

Para Tony Herrera, la del Ebro es una cuenca «todavía salvable en lo que se refiere a la biodiversidad que aún posee». En su opinión, muchos espacio se podrían conservar «haciendo un pequeño esfuerzo». Claro que se registra en la actualidad un desequilibrio en el reparto de las zonas protegidas, pues están en su mayoría en la cabecera de los ríos, muchos en el Pirineo.

«En el eje central del Ebro la preservación es difícil, por la presión de todas clases que sufre», reconoce Herrera. Por eso se ha intentado que el programa de Reservial represente todas las tipologías.

La herramienta afinada en el proyecto de Reservial aumenta la eficacia y la objetividad en la selección de los tramos protegibles, pues las reservas se eligen «en función de lo que se desea preservar». Ahora, además, el acento se pone en restaurar tramos y en que no se den más concesiones de estaciones de agua, en que no se renueven e incluso se extingan las que existen,

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