Tema habitual en debates y conferencias es el nacimiento de España. Desde cuándo existe, existimos, quién la fundó, si los íberos, los celtas, Gargoris, Augusto, Leovigildo, Pelayo, Alfonso X, Fernando III, Fernando el Católico, Carlos I, Felipe II o las Cortes de Cádiz... Asimismo, nuestra tradición literaria aparece transida por la permanente reflexión sobre las raíces y orígenes de nuestros ancestros, de nuestro solar patrio, desde Quevedo a Unamuno (Me duele España), desde Cervantes a Joaquín Costa (España es un país de mendigos e inquisidores). Esa dolorosa y lúcida introspección no ha cesado un siglo, un reinado, un momento... En parte, por lo variadísimo y apasionante de nuestra historia, habiéndose conjuntado entre los Pirineos y el Estrecho un mosaico de culturas, religiones y razas como muy poco territorios pueden presumir; en parte, por la dificultad de definir en el pasado identidades nacionales.

Dos novelas he leído últimamente que bucean en nuestros orígenes históricos, procurando proporcionar un poco de luz más allá de teorías o leyendas.

Una es Reinos de sangre, de Oscar Eimil, novela que arranca el en el reino de Pamplona en 1028. Tras la muerte de Sancho III emergerán personajes como Ramiro (heredará Aragón), Fernando (Castilla), o las reinas Munia (viuda de Sancho III) y Urraca (viuda de Alfonso V de Léon). Viajaremos a este reino de la mano del rey Bermudo, y al condado de Castilla con Sancho García. Más abajo, la frontera de los reinos musulmanes, seguía, tras la desaparición del califato de Córdona, dominando buena parte de la península, con los grandes reinos de Zaragoza, Toledo, Valencia, Badajoz, más las taifas de lo que hoy sería Andalucía, desde el reino de Murcia hasta el de Silves (Huelva). En esas marcas campeará Almanzor, cuyas razzias devastarían el norte cristiano.

Muy recomendable también es El camino de hierro de José Javier Munárriz.

Su trama está situada en torno al año 1.110 de nuestra era. El protagonista, con dominios en Aquitania, regresa de la Primera Cruzada, en la que se conquistó Jerusalén.

Otro sitio, el de Huesca (con escenarios como el castillo de Montearagón) dará paso a la figura del Cid. Aventuras, penurias, amores, decenas de personajes y un útil glosario para familiarizarnos con el vocabulario y los conceptos en uso al arrancar el segundo milenio.