La Policía Nacional arrestó ayer al atracador que comenzaba a tener atemorizados a los comerciantes del centro de Zaragoza tras seis asaltos, dos de ellos violentos. Lo hizo tras una persecución en la que el joven de 32 años llegó a atrincherarse en una casa y amenazó con tirarse. Pero los agentes pudieron convencerle de que depusiera su actitud, y fue conducido a comisaría, investigado por delitos de robo con violencia y, previsiblemente, de atentado.

Los agentes del Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón seguían la pista a W. K., gambiano, desde hace un par de meses, cuando comenzó a atracar comercios del centro de la capital aragonesa a punta de navaja. En uno de los últimos, hace dos semanas, hirió en la mano a una de las dependientas, que se enfrentó a él, como publicó EL PERIÓDICO.

Tras las pesquisas, el joven fue identificado, y finalmente, ayer por la mañana, agentes de Seguridad Ciudadana le localizaron, sobre las 10.00 horas, en la esquina de las calles Félix Latassa y San Juan de la Cruz. Pero el corpulento atracador no se tomó a bien que pretendieran detenerle, y pese a que le redujeron, consiguió zafarse del arresto agrediendo a los agentes, lo que seguramente le costará un cargo de atentado a agente de la autoridad.

Comenzó entonces una persecución por las calles de la zona próxima al río Huerva, con varias patrullas incorporándose. El joven llegó al número 26 de la cale Manuel Lasala donde al parecer encontró una puerta abierta y buscó refugio.

Siguiendo la huida, subió hasta el tejado del inmueble, y saltó al patio de luces, por el que se coló por una ventana abierta de una casa cuya fachada que daba a la calle Catania.

La vivienda estaba vacía en esos momentos, aunque habitada, y W. K. terminó por salir al balcón y amenazar con tirarse si no le dejaban tranquilo.

Los agentes activaron entonces el protocolo para estos eventos, y en previsión del peligro para el propio fugado y para otros, llamaron a los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) y al negociador de la Policía Nacional en Zaragoza. Pero finalmente fueron los propios agentes de Seguridad Ciudadana quienes pudieron convencerle de que depusiera su actitud y, en torno a las 11.00 horas, bajó de la vivienda y fue detenido, con lo que todo terminó bien. Salvo para él, claro.

AMENAZAS / El atracador fue conducido a comisaría, y en los próximos días será puesto a disposición judicial por los atracos. La Policía le atribuye seis, aunque sigue investigando otros que pudieran no haber sido denunciados o en los que pudiera haber cambiado de técnica. La habitual era entrar en los comercios armado con un arma blanca y amenazar a los dependientes. Si lograba su propósito se iba sin más, pero si se resistían o si se sentía amenazado no dudaba en emplearse con brutalidad.

El delito de robo con violencia en establecimientos abiertos al público se castiga con penas de entre tres años y medio y cinco años de prisión, y se imponen en su grado más alto cuando, como en este caso, se emplean armas. Además, las lesiones se tratan como otro delito adicional.