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TRIBUNALES

Denuncia a un bancario al que intentó quemar

El hombre fue condenado por la tentativa de homicidio en el 2015 en Pastriz

Denuncia a un bancario al que intentó quemar

Juan Carlos Ucedo Pola, un vecino de Brea, fue condenado en el 2015 por intentar quemar a un empleado de banca en Pastriz, porque se sentía estafado con un seguro de vida. Se tomó la justicia por su mano y lo único que consiguió fue que la Audiencia de Zaragoza le impusiera tres años de prisión, por lo que ahora ha decidido ir por la vía legal e interponer una demanda contra Ibercaja vida.

Este hombre, a través de su abogada, Cristina Remón, reclama 9.000 euros en base al contrato de seguro de vida temporal renovable suscrito el 13 de abril del 2007. En julio sufrió un accidente de trabajo tras caerle material encima que ha derivado en que el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) le declare la invalidez.

Ucedo recuerda que cuando realizó el contrato del seguro indicó que se encontraba bien de salud, pero que esta argumentación «está siendo empleada por la aseguradora para denegarle el pago de la prestación alegando que no se corresponde lo declarado con los informes médicos presentados y que existían patologías previas antes de la contratación». «Los únicos antecedentes relevantes era la esclerosis múltiple que no le invalidaba para la realización de su trabajo en el sector del calzado. Fue a raíz del accidente producido en el mes de julio de 2007 cuando su salud se vio gravemente perjudicada», añade en la demanda que ya está en manos del magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia número 17 de la capital aragonesa.

Desde Ibercaja vida no solo insisten en el historial médico previo, sino que añaden que «se ha cumplido ampliamente el tiempo de prescripción de acciones que establece la Ley del Contrato Seguro».

Cuando Juan Carlos Ucedo Pola fue juzgado pidió perdón ante los magistrados, y explicó que «si hubiera querido matarlo, lo habría hecho. Abusó de mi confianza, le pedí explicaciones por lo que pasaba y mi situación le importaba un pepino», añadió.

ATAQUE

Lo cierto es que entró en la sucursal bancaria con un bidón de gasolina, le roció y sacó dos cerillas --una de ellas con fuego--. El bancario, por su parte, rechazó que le hubiera estafado y recalcó que le lanzó la gasolina a «un metro o metro y medio de distancia» y que después «encendió una cerilla que prendió pero se apagó en el aire». Temió por su vida, se quedó bloqueado. «Cuando encendió el fósforo y me lo lanzó, empecé a darme cuenta de que podía haberme pasado algo gordo», apostilló.

Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) consideraron que no padece un problema mental, sino que tiene un trastorno de personalidad «que le produce una ideación paranoide y una ligera disminución de sus voluntades». Los jueces explicaron en su sentencia que este hombre intentó acabar con la vida del trabajador de Ibercaja, si bien no lo consiguió porque la cerilla se apagó antes de que prendiera la gasolina con la que roció a su víctima. El uso de este combustible y su peligrosidad fueron causa suficiente para el tribunal para considerar que hubo intencionalidad por parte del procesado.

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