La asamblea de los 160 trabajadores del centro de Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ) ha decidido decir basta y anuncian movilizaciones de la mano de una huelga indefinida por la negativa de la contrata que gestiona el complejo municipal, la UTE Ebro, a mejorar sus condiciones laborales y sociales en la negociación del nuevo convenio. Ayer se lo comunicaron al responsable de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, que se pone manifiestamente de su parte, en un conflicto motivado por unos precarios salarios que, según el edil, «en los últimos siete años solo han crecido un 3%» mientras «los beneficios de la empresa lo hacían en un 20%».

Para la plantilla, también viene provocada esta situación por los mínimos gestos hechos por la empresa en favor de un acuerdo, ya que, según el presidente del comité de empresa, Vicente Vicioso, este también pasa por cambiar algunos aspectos igual de relevantes, como las «más de 1.800 horas al año» que realiza cada empleado.

«La empresa Urbaser tiene la capacidad económica para atender esas reivindicaciones que son justas», destacó Cubero, quien aseguró que la afección de esta huelga solo se limitará al funcionamiento de la planta, al tratamiento de los residuos, nunca a la recogida de los mismos. Respecto al crecimiento de sus ingresos, «se ha pasado de 200.000 toneladas a 250.000 y de 7,5 millones de euros a más de 9,5», aseguró el edil, que reivindicó la «recuperación del poder adquisitivo» del personal y dijo no entender su «cerrazón» ante esta cuestión cuando el ayuntamiento siempre ha colaborado con todas las iniciativas que esta empresa ha tenido durante años.

Para Vicioso, la respuesta de la UTE siempre ha sido mínima respecto a un incremento solicitado de en torno a un 6% de salarios que rondan los 800 euros mensuales. Por eso este conflicto.