La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a tres jóvenes que estuvieron a punto de matar a otro a machetazos durante las fiestas del Pilar del 2017. Reconocieron haber estado allí, pero en ningún momento que fueran los autores de las graves heridas que sufrió la víctima.

El primero en declarar ante los magistrados de la Sección Tercera fue Jamal M., quien aseguró que el machete de 36 centímetros de longitud no era suyo, sino que se lo arrebató a la víctima cuando iba a ser agredido. «Llevaba un spray de gas que se lo eché en los ojos para quitarle el arma, pero yo no hice esas heridas porque no le quité la funda al machete», explicó.

También rechazó que dicha agresión se pudiera encuadrar en una venganza, tal y como mantuvieron los agentes del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, quienes destacaron que hubo un incidente previo en una discoteca en Miralbueno en la que robaron la cartera a la víctima, quien les anunció que iba a denunciarles. Uno de los sospechosos le espetó: «Quédate con mi cara, que ya lo pagarás». A la vista de los acontecimientos, tardaron poco en cometer la amenaza.

Jamal M., que afronta 15 años de prisión, aseguró que no sabía que tras el incidente se iba a volver a encontrar con el lesionado y explicó que todo fue una casualidad que coincidieran en el mismo autobús urbano.

De esta forma trataron de exculpar a Wafa R. cuyo papel, según los investigadores, fue el de avisar a los encausados de que la víctima iba en dicho autobús. A pesar de ello, la Fiscalía y la abogada de la acusación, Lourdes Barón, solicitan una pena máxima de 13 años de cárcel.

El otro de los encausados, Djamel M. llegó a señalar que la sangre presente en la ropa no fue porque participara en la agresión, sino porque la Policía Local le tiró al suelo lleno de sangre, para detenerle. Asimismo, este joven, que se enfrenta a una condena de 14 años de cárcel, trató de justificar que los agentes policiales le vieran huyendo del lugar, señalando que tenía una orden de expulsión de España y que trataba de evitar que se ejecutara.

LA VÍCTIMA

La víctima aseguró que los encausados fueron los autores de la agresión. «Bajé del autobús y detrás lo hicieron ellos dos», afirmó, mientras señaló a Jamal M. como el hombre que le echó el gas en los ojos y sacó «lo que parecía un paraguas». «Cuando sentí los cortes en mi cuerpo supe que me querían matar, traté de levantarme y tirarme sobre la calzada de la calle Conde Aranda para cortar el tráfico, pero me puso la zancadilla», recordó.

También tuvo palabras para los agentes de la Policía Local que rápidamente acudieron aquella mañana de un 14 de abril «porque me salvaron la vida». Estos agentes explicaron a los magistrados que el machete no llevaba funda y que el joven que dice que no llevaba la ropa manchada de sangre sí la llevaba.

Hoy continuará el juicio contra estas tres personas. Sus abogados defensores, Juan Carlos Macarrón, Javier Notivoli y Eduardo Pinilla, solicitan la absolución.