Ante las múltiples quejas vecinales por agresiones, ruidos y botellón que se vienen produciendo en diferentes lugares y locales de ocio de la capital aragonesa, la Comisaría Provincial de la Policía Nacional ha decidido activar un dispositivo para tratar de controlar este problema de convivencia. Fruto de uno de ellos, los agentes identificaron a 115 jóvenes en el interior del bar Déjàvu y Trópico, situados en la calle Dato.

Del total, nueve de ellas eran menores de edad que se encontraban consumiendo alcohol, se levantaron seis actas de droga, otras tres actas por portar armas y siete personas presentadas por infracción de la Ley sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social.

La intervención policial fue desarrollada por miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), Guías Caninos, G.O.R, todas ellas pertenecientes a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana. Además participaron funcionarios de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de esta Jefatura Superior de Policía de Aragón, como también agentes de la Policía Local.

A escasos metros de esta zona de ocio nocturno, conocida como Doctor Cerrada, se produjo en diciembre del año pasado el crimen de la calle Princesa. Sami Hamidi, de 20 años, murió de una puñalada certera en la pierna.

Un asesinato que, en opinión, de muchos vecinos de la zona «se veía venir», ya que «hay poca policía y las peleas son constantes, especialmente a la hora de cierre de los establecimientos de ocio nocturno». De hecho, reclamaron en aquella ocasión más vigilancia policial, así como limpieza viaria por la gran cantidad de botellas y vasos que abandonan vacías sobre la calzada en las noches de los viernes y sábado.

En esta zona también se han incrementado los robos con violencia. Varias personas llegaron a denunciar en un mismo fin de semana haber sido víctimas de atracos por parte de jóvenes. Se quedaron sin teléfonos móviles.