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Urbanismo en Zaragoza

Los vecinos piden que se rehabilite el edificio de la plaza de la sala Oasis

Hay residentes que, en cambio, quieren que se haga una gran zona ajardinada

Los vecinos piden que se rehabilite el edificio de la plaza de la sala Oasis

El anuncio de derribo del edificio que se encuentra justo frente a la sala Oasis de Zaragoza en el primes trimestre del 2020 ha generado cierta polémica en el barrio, con sus detractores y sus defensores. El área de Urbanismo ya tiene la decisión tomada y lo eliminará para revitalizar la zona. Una idea que no comparten ni desde la Asociación de Vecinos Lanuza Casco Viejo ni Apudepa (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés), a favor de mantener todas aquellas estructuras del Casco Histórico e invertir en su rehabilitación.

Los residentes apoyan al ayuntamiento pero ponen sus condiciones, y bajo ningún concepto incluyen la construcción de vivienda nueva porque consideran que contribuiría a la gentrificación del barrio. Lo que proponen es, por ejemplo, que se cree una gigantesca plaza de más de 5.000 metros cuadrados o una zona verde que oxigene un barrio sin espacios naturales.

El proyecto inicial contemplaba la construcción de hasta 60 viviendas, además de una pequeña plaza cuyo coste tendrían que asumir los propietarios de este edificio en ruinas que el consistorio tiene previsto derribar a principios del 2020 de forma subsidiaria.

Desde la Asociación de Vecinos Lanuza se manifiestan contrarios a la decisión. Según su presidente, Eddy Castro, este edificio forma parte de la historia del barrio de San Pablo y lo que el consistorio tendría que hacer es «rehabilitarlo», aunque se trata de un inmueble privado, no municipal. «No hay riesgo de derrumbe, así que no entendemos por qué quieren tirarlo», comenta.

Desde Apudepa no descartan movilizaciones para manifestar su rechazo. «¿Cómo se les ocurre derribar un edificio de más de 100 años?», cuestiona su presidenta, Belén Boloqui que cree que el ayuntamiento tendría que llevar a cabo una «política de rehabilitación y no de derribo» y «respetar» arquitecturas que «tienen una antigüedad absolutamente respetable y que son parte del barrio por su historia».

Según Boloqui, el actual Gobierno PP-Cs ha puesto el acelerador en la demolición y prueba de ello es que en el entorno de Pignatelli ya se ha llevado a cabo alguna que otra, como la de la fachada del número 78. «El consistorio tiene que cumplir su normativa, que es la de adecuar los espacios», reiteró. A su juicio, con la creación de una gigantesca plaza -ya que la construcción de viviendas es una opción que a día de hoy tiene pocos visos- solo se reproduciría el mismo problema al que se enfrentan los vecinos de la plaza de Las Armas: el ruido. Boloqui añadió que en Zaragoza «se presume de que hay muchos palacios, pero a la hora de la verdad no se invierte en ellos».

El plan especial para construir viviendas en esta pastilla fue aprobado el 26 de julio del 2007 y el proyecto de reparcelación el 10 de febrero del 2017 incluía el ensanchamiento de las calles Miguel de Ara y Ramón y Cajal, además de la formación de una plaza. Aunque el consistorio por ahora no piensa en expropiar estos suelos, no descartaría estudiar la opción de plantear una permuta en el caso de que los propietarios descarten actuar y desarrollar esta céntrica parcela de la capital.

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