Jesús Jurado, casi sin querer, ha promovido una ola de solidaridad en el mundo de la ganadería gracias a su buena fe y a las ganas de intentar ayudar al pueblo que le vio crecer. Gracias a él, Sariñena ha sido el punto de partida de una gran iniciativa que ha hecho que el ganado ovino esté en boca de todos y que su carne haya llegado a los rincones más necesitados actualmente como residencias y hospitales. Además, Ganaderos Solidarios ha conseguido repuntar las ventas del cordero, un producto que se vio gravemente afectado con el cierre de la hostelería al comenzar con el estado de alarma. Ahora, este pastor aragonés sigue casi sin creerse lo que ha conseguido.

- ¿Cómo surgió la idea?

- Todo empezó a raíz de que la residencia de Sariñena se quedó aislada con los residentes y los trabajadores. Esa misma noche los comentarios que surgían en casa eran diciendo que los cuidadores eran muy valientes porque habían salido voluntarios para quedarse ahí con las personas mayores haciendo turnos de 15 días. Yo no paré de darle vueltas a la cabeza así que a la mañana siguiente llamé al alcalde de Sariñena para intentar hacerles llegar carne de mis corderos porque no encontraba otra forma de ayudarlos que con los medios que tenía a mi alcance.

- ¿Llegó a pensar que esto se iba a convertir en una iniciativa a nivel nacional bajo el nombre de ‘Ganaderos Solidarios’?

- La verdad es que nunca imaginé que está iniciativa se podría convertir en algo nacional y para mí fue sorprendente. Surgió cuando el Ayuntamiento de Sariñena me mandó un agradecimiento a través de su página de Facebook y resultó curioso en un grupo de WhatsApp que tenemos los ganaderos. Al ver esto empezaron a hablar de que también lo podían hacer ellos y de esta manera, un 26 de marzo a las 22.30 horas nos empezamos a organizar. Hicimos un grupo de WhatsApp específicamente para todos aquellos que quisieran donar. Es sorprendente que a los cinco días ya teníamos mucha logística que se nos prestaba altruistamente y muchos ganaderos que querían donar.

-¿Cuánto ha donado? ¿Y a nivel general en Aragón?

- En un principio cuando llamé a la residencia no sabía el consumo que iban a tener, pero ahora ya sé que es de dos corderos a la semana, es decir, aproximadamente unos 35 kilos de carne. Además, también estoy aportando en otros sitios como es en la residencia de Yéqueda, que está destinada a enfermos con covid-19, a la Cruz Blanca y al Banco de Alimentos. En Aragón llevamos 174 cabezas, lo que equivale a 8.350 raciones aproximadas.

- ¿Cuál es el proceso que siguen para donarlos?

- En principio yo me encargué de toda la logística y les dije que no se tenían que preocupar de nada porque yo me iba a encargar de toda la cadena de producción para que llegara ya cortado como ellos quisieran. Me puse en contacto con el matadero, con profesionales de la carne para que lo recogieran y los llevasen a su sala de despiece e hicieran el corte que la residencia hubiera pedido y con los frigoríficos para que los acercaran hasta ahí. En ese momento yo corrí con todos los gastos. Ahora es diferente porque al enterarse de todo esto nos comenzaron a ayudar estudiantes de último curso de Veterinaria de la facultad de Zaragoza. Son ellos los que se encargan de la coordinación por provincias. Nosotros llamamos al coordinador que nos corresponde y le decimos la donación que queremos hacer y a dónde va a ir dirigida.

- ¿Qué siente?

- Cuando subí al matadero de Huesca los primeros corderos, iba llorando. Tenía una sensación muy especial de bienestar que no había sentido nunca y cuando me di cuenta de que se había promovido y se había creado Ganaderos Solidarios, sentí una sensación increíble que no puedo expresar con palabras. Es muy bonito ver que en cinco días nos habíamos organizado y encontrado logística altruista y ganaderos para poder hacer esto realidad.

- ¿Qué ha conseguido con esto como ganadero?

Inconscientemente hemos conseguido que hoy en día haya una repercusión a nivel nacional. El sector ovino está saliendo en todos los medios de comunicación y se está visibilizando al sector. Además, esta semana se han reactivado muchísimo las matanzas. El lunes fui al matadero de Huesca para subir los corderos para donarlos y me di cuenta de que estaban matando por la tarde. Esto es algo que no es muy habitual si no es que hay mucha demanda.