La estrategia Ebro Resilience, mecanismo de coordinación entre administraciones para promover actuaciones que reduzcan el impacto de las inundaciones del tramo medio del río Ebro, fue presentada ayer a los ayuntamientos interesados. Se trata del primer estudio en detalle de tramo que analiza la situación concreta.

El informe también recoge las posibles medidas combinadas en el tramo 8, que cubre la localidad de Cabañas de Ebro. El Gobierno de Aragón y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), coordinados en esta estrategia, realizaron la presentación a los consistorios interesados (además de Cabañas, Alagón y Torres de Berrellén) y a la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias, en el seno de la Comisión de Municipios Afectados por el Ebro.

La estrategia, además de en la coordinación, se basa en la promoción de medidas que cuenten con el aval técnico de los estudios y sean fruto del mayor consenso, fomentando la implicación de administraciones locales, afectados y sociedad en general en cada zona. Su planteamiento se centra en la protección de las zonas urbanas frente a avenidas con periodo de retorno de 25 años y, en las zonas no urbanas, en conseguir la reducción de afecciones para avenidas con un periodo de retorno de 10 años.

La modelización hidráulica realizada para el estudio del tramo 8 muestra que la población de Cabañas de Ebro es actualmente vulnerable para avenidas de 25 años de periodo de retorno. Además, en los trabajos previos realizados se ha detectado que el efecto erosivo del río junto a las defensas de la localidad es mayor del esperado. Una situación similar ocurre en el meandro situado aguas abajo de la población, donde existe una erosión activa que puede llegar a afectar a la carretera que une Alagón con Cabañas. Frente a este riesgo, el plan propone realizar o bras y mejoras que salvaguardan al pueblo.

Las reservas de agua, por encima de la media quinquenal

La cuenca del Ebro ha cerrado el año hidrológico 2019-2020, que comprende del 1 de octubre del año pasado al 30 de septiembre de este, con reservas superiores a la media de los últimos cinco años. En concreto, los embalses se encuentran a un 62% , cifra por encima de la media de los últimos cinco años, que es de un 54%, y un 13% superior al arranque del 1 de octubre del 2019. De esta forma, la situación de la cuenca al concluir el año hidrológico es de normalidad.