El toque de queda y los cierres perimetrales de ciudades, pueblos y comunidades están poniendo a prueba la capacidad de acción de los cuerpos de seguridad en Aragón. De hecho, la Policía Nacional, las locales de los distintos municipios aragoneses y la Guardia Civil reconocen que para llevar a cabo esta labor están movilizando la práctica totalidad de sus efectivos. Y el esfuerzo se nota. De momento, la Policía Local de Zaragoza lleva ya impuestas 69 denuncias por no respetar las restricciones a la movilidad en horario nocturno.

Los sindicatos de las tres fuerzas señalan que los cometidos de control relacionados con el coronavirus se cumplen estirando al máximo los recursos humanos y materiales existentes. Pero en la Benemérita, asegura una fuente oficial, las tareas relacionadas con la seguridad sanitaria «se realizan sin menoscabo de las demás funciones que el cuerpo desarrolla en una situación de normalidad».

Y en la Policía Local de Zaragoza, su portavoz, Juan Valentín Sánchez, destaca que «se siguen prestando todos los servicios demandados por los ciudadanos». Aun así, recuerda que el teléfono 092 es «exclusivamente» para emergencias y no para solicitar información relacionada con la situación sanitaria. En cualquier caso, en la Policía Nacional, indica un portavoz de la Jefatura Superior de Policía, «nadie se está tomando vacaciones, pues la plantilla tiene que estar al completo».

Estos días, sus vehículos radiopatrulla se han desplegado en controles que pueden ser « fijos o estáticos y móviles o dinámicos» y que actúan en coordinación con los despliegues que montan la Guardia Civil y la Policía Local con el fin de sacar todo el partido posible al dispositivo y no multiplicar inútilmente esfuerzos.

EL FACTOR SORPRESA / «La duración de los controles es siempre variable», advierten desde el instituto armado, que hace hincapié en la necesidad de que el punto de vigilancia sea siempre aleatorio en cuanto a horarios y ubicaciones para jugar con el factor sorpresa. «Los dispositivos de vigilancia son siempre efectivos», apuntan en la Benemérita, que los pone en relación con «otros servicios» que llevan a cabo los agentes y con «la inestimable colaboración ciudadana a la hora de detectar posibles incumplimientos».

La Policía Local destina al control de la normativa que restringe el movimiento patrullas que pueden estar compuestas de cuatro u ocho personas, en función del tipo de dispositivo, su ubicación, su horario y otras características.

EXHAUSTIVO / El portavoz de la Policía de Zaragoza, Juan Valentín Sánchez, resalta sobre todo la importancia de la colaboración entre los distintos cuerpos de seguridad, que «funciona de forma extraordinaria». De hecho, no se trata de una situación nueva. Esta forma de trabajo en equipo ya se puso en práctica, con buenos resultados, a raíz del confinamiento total que se impuso en España en el mes de marzo y que fue pasando por diferentes etapas de desescalada hasta el pasado junio. «Esa experiencia acumulada nos permite ser más eficaces en la prestación de los servicios», apunta el portavoz de la Policía Local.

Por muy estrecho que sea el filtrado, no se pueden verificar todos los movimientos de entrada y salida de una gran ciudad como Zaragoza, reconocen los distintos cuerpos de seguridad.

Los dispositivos permiten descubrir irregularidades e incluso delitos

Los controles de horario de movilidad y perimetrales se han revelado muy útiles para detectar otras irregularidades e incluso para descubrir posibles delitos. Recientemente, la Policía Nacional encontró un kilo de cocaína en un vehículo parado en un dispositivo de vigilancia. Y la Policía Local ya lleva identificado un número elevado de conductores que no tenían puntos, se hallaban bajo el efecto del alcohol o las drogas o circulaban en vehículos con el plazo de la ITV expirado o sin el seguro obligatorio. «Cuando se realiza un control, los agentes verifican que todo esté correcto», subraya Juan Valentín Sánchez, de la Policía Local.

Por otro lado, la negativa a detenerse en un control o a mostrar un salvoconducto u otra documentación puede constituir un delito de desobediencia, advierten en la Guardia Civil. Un control es siempre un test para el conductor y los ocupantes, dicen en la Policía Nacional. «A veces, un actitud nerviosa puede delatar que se trata de ocultar algo», indican.