Zaragoza está en el punto de mira de algunos de los inversores extranjeros que más están apostando por España para la adquisición de activos. Lo que en su día se veía como fondos buitre, capital privado que aprovechaba las gangas que dejaban empresas con una situación financiera al borde del abismo para luego revender al mejor postor, ahora se ha transformado en un modelo de negocio en el que la adquisición de solares se hace con la única intención de construir viviendas. De lujo, en muchos casos. Así obtienen la rentabilidad gigantes de la talla de Aedas Homes, firma tras la que está el capital del fondo estadounidense Castlelake (de Mineápolis), o el recién llegado a la capital aragonesa, la multinacional americana, Harbert Management Corporation (HMC), con la adquisición del solar contiguo a la plaza de toros de La Misericordia y el céntrico paseo María Agustín.

A estas dos compañías, hasta ahora desconocidas para los zaragozanos de a pie, habría que añadir otra, Inmoglaciar, que tiene en su capital social otra firma estadounidense, Cerberus, con el 75% de las mismas, y que está edificando 45 unifamiliares en Miralbueno y tiene pendiente una promoción de 133 viviendas junto al campo de fútbol de Vadorrey (área F-52-1 del planeamiento). Este inversor americano, no es que se haya fijado en Zaragoza, es que bajo el paraguas de Inmoglaciar están los activos que atesoraba la sociedad inmobiliaria del BBVA, Anida, y a las que la crisis dejó varadas a la espera de un resurgir como el actual. El cuarto es Bain Capital, cuyos activos en suelo urbano los gestiona Altamira después de adquirirlos a Ibercaja en el 2017.

117 pisos

Este fenómeno, la llegada de capital extranjero para agitar el mercado inmobiliario en Zaragoza y la venta de terrenos que llevan años en desuso, tiene su último exponente en HMC. Tal y como adelantó EL PERIÓDICO, esta es la empresa estadounidense que pretende levantar 117 pisos en el suelo contiguo a la plaza de toros y con fachada al paseo María Agustín que lleva tres décadas a la espera de un proyecto. Según Carlos Pérez, de Gestihabitat, el dueño actual se interesó por esta parcela «en el 2017» e hizo efectiva la compra «en enero del 2018». Desembolsó una cantidad cercana a los 13,5 millones de euros por ella.

Su adquisición trajo consigo la contratación de una empresa local, Gestihabitat, que es la que se encarga de promover y comercializar su construcción. Esperan obtener la licencia de obras este mes o en enero, y comenzar los trabajos en primavera. En el 2022 confía en que sea una realidad, y con ello obtener la máxima rentabilidad en una comercialización que, asegura el promotor, va a las mil maravillas. Pero más allá del resultado está que se repite el mismo patrón que en la llegada de Aedas Homes o de Cerberus: los inversores tienen dinero pero para construir necesitan de otras empresas y para ello no las buscan fuera de Zaragoza, sino en la ciudad. Es por eso que para el sector de la construcción este aterrizaje es «una noticia positiva», no una amenaza por la competencia que se podría entender.

Así lo aseguró a este diario el presidente de la Confederación de Empresarios de la Construcción en Aragón, Juan Carlos Crespo, quien apostilló que este desembarco, en ocasiones, está más relacionado con la venta de activos que estaban en la cartera de los bancos. «Esta ciudad lo que necesita es actividad y emprender un nuevo rumbo», afirmó, al tiempo que remarcó sus dudas sobre «si serán inversiones puntuales o estables». «Esperemos que no sea un espejismo, que venga para quedarse y que la Administración ayude a agilizar la tramitación, para no perder inversiones tan importantes porque para cada proyecto se necesitan entre ocho y diez meses de trámites», señaló. Este fenómeno se ha empezado a dar en las grandes ciudades y viene a anunciar un giro en el sector, que va a polarizarse en dos direcciones: el que viene a construir y se apoya en empresas colaboradoras para tener éxito y el que tiene dinero pero necesita de otros para realizar el proyecto», detalló.

¿Por qué ninguna constructora compró o edificó en 30 años un solar tan codiciado como el de María Agustín? La realidad es que la operación de HMC evidencia «una falta de confianza inicial en el sector o de capacidad», valoró Crespo, fruto de los efectos que aún se arrastran de la crisis del 2008. Pero lo que ven seguro es que la demonizada especulación del pasado hoy es más difícil que se repita. En el pasado, «el mercado se olvidó de los costes de producción» y estos ahora «han aumentado entre un 10% al 15%», indicó Carlos Pérez. Y eso afecta a la compra de suelo, aseguraron, porque los límites del beneficio se han reducido mucho y, a partir de una determinada cifra, el riesgo empresarial es muy alto.

Interés por pisos de 500.000 euros y más por el alquiler

«¿Quién gana más al año, Toyota o Audi?». Con esta sencilla pregunta responden los constructores a si hay más demanda o interés por pisos de lujo. Lo cierto es que en la promoción de 117 pisos del paseo María Agustín hay a la venta un ático valorado en más de 500.000 euros y tiene interesados. O que la construcción de bloques de este tipo de perfil, crecen como nunca hasta ahora en la ciudad. Lo que tienen más claro es el importante interés que suscita el alquiler en esos inversores extranjeros que operan en España. «Hay una demanda latente de suelo que no llega por la estricta densidad de vivienda que se exige en determinadas zonas», explican. Así, la rentabilidad ronda el 3% cuando en Madrid alcanza el 6%. Eso «está frenando la llegada de más inversores».