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PASADO TRAUMÁTICO

Los raseros de la memoria

El Gobierno de Aragón ampara la protección del barranco de la Bartolina en Calatayud al tiempo que avala la decisión de mantener la placa franquista del Ayuntamiento de Huesca. El descampado bilbilitano se protege por su «significado histórico relevante» para la comunidad. El consistorio oscense se limitará a «resignificar» el mármol que contiene loas a la dictadura

Los raseros de la memoria

El calendario crea coincidencias curiosas que en algunos casos rozan el doble rasero. Solo así se explica que el mismo día en el que el Gobierno de Aragón oficializó la protección del barranco de la Bartolina en Calatayud como espacio de memoria se anunciara que la dirección general de Patrimonio avalara la decisión de mantener la placa franquista del Ayuntamiento de Huesca. Aunque sea «resignificada».

El paraje de la Bartolina es el primero de los lugares que siguiendo las directrices aprobadas hace un año y medio en la ley autonómica sobre el pasado reciente obtiene la categoría de especial protección. En este descampado entre Calatayud y Terrer fueron fusiladas miles de víctimas republicanas durante la guerra civil y hasta hace unos años sufría un clamoroso abandono, solo remediado por algunos actos de conmemoración impulsados por las asociaciones memorialistas.

La declaración coincide igualmente en el tiempo con el proceso de exhumación en el valle de los Caídos de dos anarquistas que perdieron la vida en este emplazamiento. A pesar de la orden judicial, no se están produciendo avances.

La Bartolina, escenario de muerte y represión, pasa a ser un lugar para la dignidad de la memoria. La legislación aragonesa define este tipo de lugares como «aquel espacio, construcción o elemento inmueble cuyo significado histórico sea relevante para la explicación del pasado de Aragón». Le podría seguir lugares como la cárcel de Torrero de Zaragoza.

Sin embargo, y por cosas de los encajes políticos, no todos los vestigios se valoran con los mismos criterios. La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón ratificó ayer el dictamen sobre memoria democrática que fue aprobado en el pleno del Ayuntamiento de Huesca del pasado octubre por el que se decidía mantener la placa conmemorativa franquista en el interior de la casa consistorial.

Han considerado que queda claro el valor del mármol franquista como documento histórico. Eso sí, colocando sobre su parte inferior, que es donde consta el agradecimiento de la ciudad a Franco, «una placa con información de carácter meramente descriptivo e histórico sobre la reconstrucción del edificio, que es la que le proporcionó su aspecto actual»

También se mantendrán, como proponía el ayuntamiento, los nombres las calles de dos exalcaldes de la dictadura y el de la calle de Las Mártires. En otras dos vías sí que se actualizará el callejero

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