Síguenos en redes sociales:

EN LA AVENIDA GOYA DE ZARAGOZA

Una inmobiliaria anuncia pisos en un edificio okupado en Zaragoza que no es suyo

Una inmobiliaria anuncia pisos en un edificio okupado que no es suyo

Una inmobiliaria anuncia pisos en un edificio okupado en Zaragoza que no es suyo

Una inmobiliaria anuncia en su página web la «próxima» salida a la venta de una promoción de 15 pisos, locales, garajes y trasteros en un solar de la avenida Goya de Zaragoza donde, sin embargo, todavía se levanta un edificio declarado en ruina hace dos años y okupado ilegalmente.

Se da además la circunstancia de que la citada inmobiliaria no posee la totalidad del bloque, situado en el número 85, sino de solo dos de sus ocho pisos y un local. El resto de viviendas son de tres propietarios particulares y de una sociedad.

«Nuestra intención era llevar a cabo una promoción de viviendas, pero antes de nada habrá que derribar el edificio y luego ponerse de acuerdo con los propietarios», reconoce el responsable de la inmobiliaria. Al final, señala, la promoción podría llevarla a cabo «otra empresa», la que se haga con la propiedad del suelo una vez demolida la casa.

La okupación frena la venta

De momento, lo que preocupa a los propietarios es que los okupas ilegales instalados en el bloque frenan el derribo del edificio, declarado en ruina hace casi dos años, e impiden la puesta en venta del solar. La casa se encuentra cerca de otra que estuvo asimismo okupada y que incluso registró un incendio hasta que fue desalojada.

La expulsión de los okupas, señalan en la inmobiliaria, puede realizarse alegando que existe un elevado riesgo de desprendimiento «de cornisas y forjados», es decir, «por razones de seguridad pública». Por ese motivo, sostienen, el procedimiento para el derribo no puede alargarse indefinidamente.

«Yo solo me iré de aquí cuando haya una orden judicial de expulsión», asegura Juan, un joven que lleva un año okupando una de las viviendas. «Tengo trabajo, pero el sueldo no m e llega para pagar un alquiler», asegura. «Aquí ni se trafica ni nada», añade.

Tercer allamiento

La finca está situada a un paso de Gran Vía y la avenida Valencia, en una zona muy cotizada del centro de la capital aragonesa. «Hay una sentencia, que ya es firme, que autoriza el derribo», manifiesta la propietaria de un piso okupado. «La casa lleva dos años declarada en ruinas y ya es la tercera vez que entran en mi casa», denuncia. «Estábamos tan hartos que tabicamos la puerta del rellano y es posible que se hayan colado haciendo un butrón desde el piso contiguo», afirma.

La propietaria, que no desea facilitar su identidad, subraya que hasta que no salgan los okupas no se podrá demoler el bloque, por lo que insta a los poderes públicos a llevar a cabo el desalojo. La Policía Local ha sido llamada en varias ocasiones, tras denuncias de los propietarios, y ha entrado en la casa, en la que están habitados los ochos pisos de que consta, según los dueños, si bien es difícil de comprobarlo. En uno de los pisos hay también un gimnasio pero este lo ocupan sus legítimos dueños o arrendatarios.

El patio está limpio, pero se ven desconchones y faltan cristales en una ventana de la escalera que da a la parte de atrás. «Es vergonzoso, hasta han hecho empalmes para conseguir electricidad enganchándose a la red de forma ilegal», protesta la dueña de una vivienda.

«La verdad es que no sabemos a qué aguarda el ayuntamiento para llevar a cabo el desalojo», indica. A ella no le cabe la menor duda de que «todos los pisos, desde el primero hasta el último, están okupados», con la sola excepción del gimnasio.

Organización clandestina

«Esta gente ha entrado aquí pagando un alquiler a una organización clandestina que les señala dónde pueden meterse y les facilita la entrada», sostiene esta propietaria. Ella teme que el asunto cabe convertido en un «embrollo legal» y le priven del derecho a disponer de su vivienda de la forma que considere conveniente.

No es la primera vez que las inmobiliarias se interesan en el bloque, de cuatro plantas. En torno al 2005, un constructor hizo una oferta para comprarlo como solar, pero la operación no fraguó porque algún propietario consideró que el precio pagado no era suficiente.

«Luego vino la crisis, después de la Expo, y los precios se hundieron, pero aun así es un edificio con un gran solar en una zona de Zaragoza que está muy solicitada», insiste la propietaria.

Pulsa para ver más contenido para ti