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POLÍTICA AUTONÓMICA

Un torbellino llamado Celma

El PP no ha resuelto la crisis causada por los ceses unilaterales del presidente provincial de Zaragoza. Responsabilizan a un peculiar y caro asesor externo llamado Jesús Arroyo. En los próximos días habrá una reunión en la que se podrán revocar los cambios y tomar otras decisiones

Un torbellino llamado Celma

Poco más de dos meses le han bastado a la nueva dirección del PP en la provincia de Zaragoza para sacudir la calma que reina en cualquier partido tras superar con listas únicas sus tres congresos provinciales. No fue un buen día ayer en el PP. Al tiempo que se iniciaba el juicio contra la caja b del PP y Bárcenas amenazaba con tirar de la manta y más sondeos de las elecciones de Cataluña dejan al partido en una pésima situación, le surge otro quebradero de cabeza en la provincia de Zaragoza que, si bien puede parecer nimio, ha generado un fuerte impacto en la estructura del partido en Aragón.

Los ceses impuestos por el presidente del PP en Zaragoza, Ramón Celma, a Francisco Artajona como secretario general y portavoz en la Diputación Provincial de Zaragoza, llegaron ayer a Génova. El propio Celma mantuvo ayer una reunión con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, a quien le une una fuerte amistad y que fue el principal valedor de su candidatura, lo que como ya indicó este diario generó fuertes tensiones dentro del partido. En esa reunión, según fuentes oficiales en la provincia, «se comunicaron los cambios y se recibió el visto bueno del partido».

Decisiones revocadas

Sin embargo, todo el mundo da por hecho que se revocarán algunas decisiones, a la espera de que la dirección regional y la nacional aborden en los próximos días la situación. «Si la dirección nacional impuso al candidato, debe ser ella la que arregle este desaguisado», señalaban ayer miembros destacados del PP aragonés.

Mientras desde el PP de Zaragoza siguen manteniendo que Iluminada Ustero será la nueva portavoz del PP en la DPZ --a pesar de que la mayoría de las fuentes consultadas consideran que su perfil no es el más idóneo para esa labor-- y que Francisco Artajona conservará su puesto como secretario general,otras fuentes del partido insisten en que «todo sigue en el aire». Ayer no obstante no se tomó ninguna decisión, mientras hay alcaldes que empiezan a levantar la voz pidiendo una gestora, y voces que critican la elección de Celma sin contar con el territorio ni tener en cuenta el papel desempeñado por los diputados provinciales, muchos de ellos molestos con los cambios en la estructura y los nuevos roles asignados.

Pero, ¿qué ha pasado para que en solo dos meses Celma haya roto su vinculación con quien fue uno de sus principales apoyos para conseguir los avales necesarios para ser elegido presidente del PP de Zaragoza? Las suspicacias comienzan cuando Celma empieza a formar su equipo y pide despedir a varios trabajadores del grupo provincial para contratar a otros de su confianza. El siguiente encontronazo se produce con la rueda de prensa del balance de presupuestos, a la que no se invita a Celma, quien habría reclamado, después, que esas acciones pasen por presidencia. Un suma y sigue de desencuentros. Destacados miembros del partido le piden que atempere su entrada. Y en estas circunstancias se produce el mencionado comité provincial que hace saltar todo por los aires.

Para la gran mayoría del partido, el responsable de esta revolución interna tiene nombre y apellidos, un gurú que se autodefine como especialista en «posverdad» llamado Jesús Arroyo. Este extremeño consultor de estrategia y comunicación fue fichado para realizar labores de asesoría (a tiempo parcial y sin exclusividad) y se ha convertido en el asesor del partido que más cobra, un hecho que ha molestado tanto a la directiva como a muchos militantes del partido.

Con el aval de García Egea

Arroyo, fichado por Celma con el aval de García Egea, que ha colocado en otras provincias a personas muy próximas a él, es conocido por haber asesorado a Vox e idear alguna de sus performances. Fue él el responsable de una campaña de la formación ultraderechista, cuando en el 2015 instalaron un retrete a las puertas de la misma sede de Génova, durante el mandato de Mariano Rajoy. Muchos populares destacados con años de militancia mostraban ayer su indignación por la influencia que Arroyo tiene ahora en el partido.

Precisamente, responsabilizan a Arroyo de haber influido decisivamente en estos cambios emprendidos por Celma rompiendo consensos e incluso saltándose algunas de las opiniones y directrices marcadas tanto desde la dirección autonómica como por algunos de sus principales valedores, como Jorge Azcón. Arroyo, además de participar en la gestión de la comunicación del presidente, coordina la acción del partido en toda la provincia, lo que ha causado un profundo malestar entre los alcaldes y diputados provinciales que llevan trabajando toda la vida el territorio. Ejerce como jefe de gabinete de Celma desde el pasado mes de noviembre, aunque solo está físicamente en Zaragoza uno o dos días por semana.

Tanto la relación contractual de Arroyo como su papel en el PP aragonés será objeto de debate en una reunión en Madrid en los próximos días, en la que también deberá participar el presidente del PP en Aragón, Luis María Beamonte, que de momento prefiere no realizar declaraciones. Aunque el torbellino desatado por Celma tardará tiempo en calmarse, la dirección nacional no parece dispuesta a dejar que se abra una crisis interna en un momento como este. Habrá que ver hasta dónde llega la polvareda.

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