Los municipios en pie de guerra por los cambios que se avecinan en las líneas regionales de tren a propósito del pulso con Renfe por su financiación y posterior acuerdo del Ministerio de Transportes y Movilidad con la DGA para sustituir convoyes deficitarios por taxis y autobuses han dado un giro inesperado. O, como ellos mismos dicen, al menos ha abierto una puerta a la «esperanza».

Ayer, a pie de andén en las estaciones donde se había convocado una nueva protesta contra los recortes en el servicio, la cuarta de forma conjunta en decenas de estaciones, a nadie se le escapaba que la marcha del ministro José Luis Ábalos, que fue quien pactó esa solución con el presidente aragonés, Javier Lambán, invita al optimismo. De cara a pensar que con quien lo releva en el cargo, Raquel Sánchez, «quizá se hagan las cosas de otra manera». Y si no, seguir en la reivindicación para hacerse oír. «La ministra debe ser conocedora del clamor que hay», añadían.

Decenas de vecinos acudieron a la convocatoria en Monzón, ayer. SERVICIO ESPECIAL

Esta era la visión de algunos de los convocantes de la protesta de ayer, que finalmente se daba en menos estaciones y, lógicamente, con menos afluencia. Las estimaciones sobre un total de manifestantes eran más complicadas de hacer pero «es un éxito acudir en verano y con 40 grados» a seguir con unas reivindicaciones que, desde el pasado 29 de junio, fecha de la reunión Ábalos-Lambán, se exponen con «más intensidad». «Queremos que se recupere el servicio, no taxis ni autobuses», remarcaban los convocantes consultados por este diario. Ya trabajan en otra protesta conjunta en agosto, aunque advierten de que «la verdadera respuesta de los pueblos la tendrán en septiembre».

Solución «en vía muerta»

Pero confían en Raquel Sánchez. «Nuestras esperanzas están en la nueva ministra y su talante ecológico y por un mundo más sostenible». A ella le reclaman ya que «un modelo ferroviario como el catalán sería bueno también para Aragón, como el que disfruta Gavá», la localidad barcelonesa de la que hasta ayer era su alcaldesa. «La vía Ábalos ahora desaparece, está en vía muerta», explicaba Vicente Guerrero desde Monzón, para quien esta opción pactada «está en el aire porque han pasado doce días desde que se anunció un acuerdo que ni se ha firmado ni sabemos en qué consiste siendo un tema tan importante».

La reivindicación se repitió un día más en Embid de Jalón. SERVICIO ESPECIAL

Lamentó además, que ese pacto «en una reunión privada y sin preguntas de los periodistas tampoco se ha explicado en las Cortes», que, añadió, «mandataron otra cosa que la que se ha acordado a cambio de que Aragón ceda en sus pretensiones».

Desde la DGA, las fuentes oficiales de Vertebración del Territorio explicaron que «lo más lógico y serio es esperar a ver cuál es la propuesta» del ministerio, «y sobre ella trabajar de forma conjunta». Una solución que, admitieron, «aún no conocemos con detalle». Eso sí, ahora no será Ábalos quien la detalle.