Como agua de mayo. «Expresión que se utiliza para referirse a una circunstancia que surge en el momento ideal, perfecto, y por eso es recibida con mucha alegría». Efectivamente. Como agua de mayo han recibido los farmacéuticos la entrada en vigor de la nueva normativa que permite la venta de test sin prescripción en las farmacias. 

Manuel Arribas, jefe de ventas y farmacéutico adjunto en la farmacia Artal del centro de Zaragoza, mostró su asombro ante la respuesta de los zaragozanos: «Ha sido muy llamativo, la demanda desde anoche ha sido tremenda». Su establecimiento, abierto al público las 24 horas del día, experimentó un goteo incesante de clientes desde las 00.00 horas del jueves, hasta tal punto de agotar a primera hora de la tarde «los test de saliva». Más de un centenar de pruebas fueron dispensadas en este establecimiento, en el cual se pueden encontrar «pruebas de nariz y de saliva», siendo estas últimas las más demandadas por «la facilidad» de su ejecución. El precio, que no supera los 10 euros, «descenderá en los próximos siete a diez días, por el aumento de la oferta». A partir de ayer, Sanidad autorizó la entrada de nuevos proveedores en este mercado, «siempre y cuando tengan el sello CE y los cuatro dígitos que lo autoricen». Además, se está trabajando para que el personal sanitario pueda realizar estos test y, así, verifiquen los resultados.

Arribas fue crítico con la demora en la toma de decisión: «El Gobierno ha sido muy restrictivo. España es el único país en el que aún no estaba autorizada la venta de test sin prescripción médica; en otros países venden hasta en supermercados y tienen sus propias marcas». Con una precisión del 98,72% «es muy difícil la aparición de falsos positivos», incluso puntualizó que son «más específicos» que los de Sanidad: «Hay que tener en cuenta las habilidades de los médicos y prever que los ciudadanos no están familiarizados».

Entre 15 y 20 minutos es el tiempo que se tarda en determinar el resultado positivo o negativo, como si se tratara de «un test de embarazo», aunque a los cinco minutos «ya se puede apreciar el resultado». Del mismo modo, la gente ganará «en tranquilidad y seguridad», más aún en estas fechas veraniegas con el motivo de «viajes a Salou» o «visitas a gente mayor». Además, la sanidad pública verá cómo disminuye «la presión asistencial en los centros de atención primaria». 

No habría venido nada mal un buen chaparrón de agua de mayo para refrescar la ciudad del asfixiante calor con que la azota. Aunque farmacéuticos y ciudadanos acogen la llegada de los test sin prescripción, precisamente, como agua de mayo.