En plena ola de calor y con todas las alertas activadas en la comunidad, por altas temperaturas, riesgo de incendios y de tormentas, al final fue otro fenómeno meteorológico, el viento, el que provocó la incidencia más destacada de la jornada. Las rachas de viento detectadas en la zona oriental de la provincia de Zaragoza de hasta 120 kilómetros por hora obligaron a detener toda la circulación ferroviaria en el corredor entre la capital aragonesa y Barcelona afectando a un total de cinco trenes de Larga Distancia y de alta velocidad con más de 2.000 viajeros damnificados.

Todos ellos viajaban en cuatro convoyes de Renfe (de AVE y Larga Distancia) y uno de la compañía francesa Ouigo, que sufrieron retrasos de hasta hora y media en sus trayectos debido a esas fuertes rachas de viento localizadas en la zona de El Burgo de Ebro, Pina de Ebro, Fuentes de Ebro y el barrio rural de La Cartuja.

Los cinco convoyes (cuatro de Renfe y uno de Ouigo) quedaron paralizados en torno a las 19.00 horas en la estación intermodal de Delicias de la capital aragonesa. En ese momento, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ordenó detener todas las circulaciones y no dio vía libre a que reanudaran la marcha hasta las 20.30 horas, cuando la alerta meteorológica ya había cesado.

Según Renfe, sus trenes afectados fueron cuatro: un Avlo, con 682 personas, que sufrió una demora de hasta 82 minutos; un AVE con 437 pasajeros sufrió un retraso de 84 minutos; y dos Alvias, con esperas de entre 30 y 50 minutos y 554 y 209 personas a bordo, respectivamente.

Desde la compañía francesa de trenes de alta velocidad de bajo coste Ouigo, las fuentes oficiales aseguraron que en el único tren que se vio afectado por esta incidencia viajaban «unos 500 pasajeros», que también iban en dirección a Barcelona en el momento de la incidencia. Reanudó la marcha, como todos los demás convoyes, cuando Adif dio luz verde a poder circular.