Es una tormenta perfecta. La falta de relevo generacional, los precios de los combustibles al alza, la competencia desleal y la exigencia física y mental del propio oficio. Los transportistas se han topado con su 'Filomena' particular en estos factores y el sector afronta ahora una crisis para la que ya buscan soluciones a largo plazo.

Desglosando la borrasca, los jóvenes no encuentran atractivo un oficio tan sacrificado y «no demasiado bien remunerado», en palabras de José Antonio Moliner, presente de Tradime Aragón. «Por cada cuatro transportistas que se jubilan aparece uno. La gente piensa que el vehículo sale con chófer incluido y no es así», lamenta Moliner. A ello se suma, por supuesto, que en España haya más de 1,5 millones de carnés de vehículo pesado que no están en uso.

Se añade a este hecho el problema de las falsas cooperativas que contratan a falsos autónomos y provocan un desajuste en los precios, según explica Moliner. «La pequeña empresa lo esta pasando fatal», sentencia. De hecho, subrayan que ya se han conseguido las primeras victorias judiciales, en referencia a la multa de 184.052 euros que la Dirección General de Transportes a una empresa que infringía la normativa.

El incremento en el precio de los carburantes también azota a los transportistas. «Con la subida del gasoil se gastan entre 1.400 y 1.500 euros más al mes por cada vehículo», expone el presidente de Tradime. Con este telón de fondo, la situación es poco halagüeña para captar nuevos trabajadores en un oficio ya de por sí exigente.

En este sentido, un estudio de la Universidad Complutense de Madrid recoge un cuadro de enfermedades y dolencias habituales entre los camioneros que no están reconocidas en sus expedientes. «Hipertensión, colesterol, obesidad, malformaciones en la espalda… Tenemos fama de ser duros pero necesitamos que se nos reconozcan las enfermedades y que nuestras jubilaciones se adapten a ellas», cuenta José Antonio Moliner.

Sin embargo, los transportistas no cejan en su empeño de asfaltar un mejor futuro. Ayer, el consejero de Vertebración del Territorio, Vivienda y Movilidad se reunió con Tradime para tratar todos estos asuntos. Entre manifestaciones de apoyo y comprensión, José Luis Soro se comprometió a ayudar económicamente para fomentar un proyecto pionero de aulas de formación que une teoría con práctica y que ha impulsado la propia Tradime. ¿El objetivo? «Queremos hacer atractiva la profesión».