Como presidente de la Diputación de Zaragoza y alcalde. ¿Cómo ve el municipalismo de la provincia?

Si por municipalismo nos referimos al conjunto de los alcaldes, las alcaldesas y el resto de cargos públicos municipales, podemos estar muy tranquilos porque siguen siendo un ejemplo de dedicación incansable a sus vecinos. Basta con conocer un poco la realidad de nuestros municipios para ver que no paran de poner en marcha iniciativas llenas de ilusión, talento y perseverancia con las que intentan mejorar el día a día de sus ciudadanos. Ahora bien, si hablamos del municipalismo en términos de la situación en la que se encuentran las entidades locales, no puedo ser tan optimista.

¿A qué se refiere?

A que los ayuntamientos seguimos siendo el patito feo de nuestra arquitectura institucional. A que hay que abordar de una vez por todas la reforma de la financiación local. A que urge que se derogue definitivamente la ley que nos impide disponer del dinero ahorrado aunque estemos saneados. A que necesitamos una legislación específica para los pequeños y medianos municipios… Llevamos muchos años con estas reivindicaciones, pero nos hacen poco o ningún caso.

¿Por qué cree que no les prestan atención?

Probablemente, porque no valoramos los servicios básicos que prestamos los ayuntamientos: simplemente los damos por hechos.

Desde que llegó a la presidencia de la Diputación siempre ha tenido a gala su total orientación a los municipios.

Soy alcalde y he sido concejal, sé lo que cuesta serlo en dedicación, preocupaciones, críticas, falta de recursos... Por eso todas las grandes decisiones que hemos ido tomando han sido pensando en hacer más fácil la labor de nuestros ayuntamientos. Por supuesto que hemos podido hacer las cosas mejor, pero sinceramente creo que hemos ido dando pasos adelante en ese objetivo.

Con esa filosofía pusieron en marcha el Plan Unificado de Subvenciones, pero ¿qué otras medidas destacaría?

Permítame que me detenga primero en el PLUS porque ha supuesto un cambio histórico en la relación entre la Diputación y los ayuntamientos. No solo les hemos dado mucho más autonomía permitiéndoles elegir a qué destinan los fondos que les corresponden sin ningún condicionante. Es que además ahora pueden planificar mucho mejor sus proyectos porque saben cuánto dinero les va a corresponder cada año gracias a que las ayudas se distribuyen con criterios totalmente objetivos y transparentes. Hablamos de 50 millones anuales, con mucha diferencia la mayor línea de subvenciones que reciben los ayuntamientos.

Y en cuanto al resto de iniciativas…

Bueno… Pusimos y financiamos una asignación a todos los alcaldes y las alcaldesas para que trabajar por sus vecinos al menos no les cueste dinero. Pagamos una plataforma virtual a todos los ayuntamientos para que pudieran implantar por fin la administración electrónica. Hemos puesto en marcha el proceso para dotar a todos los consistorios de escritorios virtuales que les permitan trabajar cumpliendo el Esquema Nacional de Seguridad. Creamos el Cuarto Espacio, un servicio de asesoramiento para los ayuntamientos que cada año atiende cerca de 2.000 consultas jurídicas. Hemos impulsado un servicio pionero de asesoramiento sobre protección de datos. Este año vamos a poner en marcha un servicio para centralizar los análisis de agua que los ayuntamientos están obligados a hacer en sus abastecimientos… Seguro que me olvido de algo.

Sí, Ecoprovincia. ¿Cuándo van a empezar a llevarse los residuos de los municipios al vertedero de Zaragoza capital?

Si no hay retrasos durante la licitación, este verano. Han sido más de cuatro años de compleja tramitación que ha incluido la construcción de seis plantas de transferencia, pero por fin hemos entrado en la fase final de un proyecto del que también me siento especialmente orgulloso porque va a dar respuesta a una obligación legal que tienen todos los ayuntamientos: reciclar al menos el 50% de sus basuras. Sin Ecoprovincia no podrían cumplir esa exigencia europea, pero es que además gracias a este proyecto hay una alternativa para el vertedero de Calatayud, que ya está colmatado, y para el de Ejea, que se colmatará pronto.

Aún no hemos hablado de la pandemia.

Todas estas iniciativas se han ido sumando a las políticas tradicionales de apoyo a los ayuntamientos que la Diputación desarrolla desde hace décadas: bomberos, carreteras, caminos, gestión tributaria, promoción de la cultura, recuperación del patrimonio… Por desgracia, en los dos últimos años hemos tenido que compaginar la asistencia a los municipios con la lucha contra el impacto del covid, pero tengo la satisfacción de poder decir que lo hemos hecho sin detraer ni un solo euro de los fondos comprometidos con los ayuntamientos.

¿Cómo lo han conseguido?

Gracias a la magnífica salud financiera de la Diputación y a la decisión del Gobierno central de permitirnos utilizar el remanente que teníamos ahorrado. Desde que llegó la pandemia hemos distribuido entre los municipios más de 53 millones de euros en ayudas extraordinarias destinadas a reactivar las economías locales y socorrer a los más vulnerables. A esa cifra hay que sumar otros 18 millones en ayudas para las pymes y los autónomos. Hablamos por tanto de un total de más de 70 millones adicionales para paliar los efectos del covid a los que este año vamos a poder sumar otra cantidad muy importante.

En diciembre anunciaron que van a poder incorporar al presupuesto unos 60 millones de euros de remanente. ¿Ya saben a qué los van a destinar?

Lo anunciaremos en las próximas semanas, pero lo que sí puedo adelantar es que los principales beneficiarios van a seguir siendo los municipios.

El Gobierno de Aragón y las tres diputaciones acaban de anunciar la firma de un convenio para poner cajeros autonómicos en todos los municipios que lo soliciten.

Sí, el acuerdo al que llegamos la semana pasada fue un paso muy importante, espero que definitivo, para acabar con la exclusión financiera en nuestros pueblos. Ahora tenemos que cerrar el reparto de la financiación, pero en el presupuesto de este año ya incluimos una partida de un millón de euros que ampliaremos si es necesario. Una vez más las instituciones vamos a colaborar y a coordinarnos para dar respuesta a una necesidad de los ciudadanos.