A mediados del pasado año 2021 y por iniciativa de la Diputación Provincial de Huesca vio la luz un inédito puñado de fotografías de la Zaragoza más retro que el 19 de julio de 1936 se impuso por la fuerza de las armas para darle la vuelta a lo que las urnas habían decidido constitucionalmente en febrero de ese año.

De esta forma y con el título 'Skogler-Ángel Cortés. El visor falangista de la Guerra Civil y la posguerra (1936-1948)', vieron la luz pública decenas de fotografías realizadas por el fotógrafo zaragozano Ángel Cortés Gracia, que comenzó como operario del gabinete fotográfico de Carlos Skogler Fredikson y en 1933 pasó a regentar su estudio establecido en la estupenda ubicación del nº 31 del Coso, conservando la marca comercial Skogler por el enorme prestigio asociado a ella.

Además, y con la marca Fotografía Austríaca/A. Setroc , mantenía otro estudio en la calle de Alfonso I nº 36.

Ángel Cortés Gracia junto al cuartel de los Castillejos, 1936 Skogler, DPH

Su condición de Camisa Vieja (afiliado a la Falange antes de la sublevación de 1936) y su trabajo en el nuevo diario Amanecer, Diario Nacional Sindicalista, que comenzó a publicarse el 11 de agosto de 1936 en la rotativa que hasta entonces había sido del incautado Diario de Aragón, le dieron a Skogler la posibilidad de cubrir la ilustración gráfica de escenarios y escenas en la Zaragoza de la época, singularmente desde un prisma azul.

El fondo Skogler ofrece en extraordinaria calidad (poco que ver con los «borrones» publicados en Amanecer) imágenes que ilustran la cotidianeidad de la nueva Zaragoza nacional-católica.

En su inmensa mayoría se trata de imágenes relacionadas directa o indirectamente con la guerra en que desembocó la sublevación ante la resistencia de la República democrática.

Desfile por el aniversario de Falange en la plaza de la Constitución, 1936 Skogler, DPH

Así, el cuartel de caballería de los Castillejos aparece como uno de los primeros epicentros de la organización militar y paramilitar de los sublevados, incluyendo visitas destacadas como el general Millán Astray, y desfiles desde este cuartel hasta el centro de la ciudad por el paseo de Sagasta (poco después del General Mola).

El nuevo convento-colegio de San Agustín en el camino de los Torres se muestra reconvertido en hospital y cuartel de Falange. Las prácticas de tiro protagonizan tenebrosas instantáneas en San Gregorio y otros cuarteles urbanos.

El exitoso progreso de la guerra para los sublevados se traduce en la celebración callejera de las victorias militares, como por ejemplo la toma de Bilbao; la captura de material bélico a los milicianos primero y al Ejército Popular después conlleva su muestra pública en las inmediaciones del Pilar; y la captura de prisioneros se traduce en su exhibición pública en el paseo de la Independencia portando con escarnio un cartel con la leyenda «14 de abril entramos en Zaragoza!»...

Almuerzo de la Sección Femenina en Las Palmeras, 1936 Skogler, DPH

Los desfiles militares inundan la ciudad, tanto por fuerzas regulares y de Falange, como por tropas de camino a, o de regreso de los frentes, como una espectacular imagen de los defensores del Santuario del Pueyo con el fondo de las Casas Baratas del Huerva.

También de carácter militar son las numerosas conmemoraciones oficiales del nuevo régimen: aniversario de la fundación de Falange; aniversario del Decreto de Unificación de FET y JONS, con presencia del Caudillo en el Campo de la Victoria; los homenajes al Ausente José Antonio Primo de Rivera en el parque de Buenavista y en la plaza de la Seo; una gran marcha nocturna con antorchas, en la más pura estética nazi, conmemora el aniversario del «Glorioso Alzamiento Nacional»; la celebración del «Día del Caudillo»; los funerales en memoria de José Calvo Sotelo…

En estas celebraciones se manifiesta una importante presencia de la Sección Femenina, que además de desfilar marcialmente yendo y viniendo del Pilar, rinde homenajes a sus «caídas», como Marina Moreno, y celebra un gran almuerzo en Las Palmeras.

Cuartel de los Agustinos, 1937 Skogler, DPH.

La presencia femenina también protagoniza las cuestaciones callejeras, los quioscos con novedades editoriales, las mesas de recogida de libros para los soldados del frente, y la atención de los comedores del Auxilio Social. De forma señalada, Pilar Primo de Rivera, la jefa nacional del negociado, aparece durante una visita a Zaragoza.

Los homenajes

Otro capítulo importante son los homenajes a los denominados «caídos por Dios y por España», que en esos años tienen su escenario central en el emblemático entorno de la Puerta del Carmen, además del cementerio católico de Torrero. Algún caso concreto, como el funeral del capitán Hernández Blasco de la Bandera Sanjurjo, ofrece impagables imágenes del cortejo transitando por el tramo medio del Coso junto al antiguo Banco de España reutilizado como sede de la Legión. Y unos coches fúnebres a la puerta del Hospital Militar ubicado junto a la iglesia de Santiago permiten una inédita vista de este espacio luego desaparecido.

La omnipresente presencia de los aliados italianos y alemanes destaca en escenas como la bendición del gallardete del italiano Fascio di Saragozza, o en celebraciones nazis como el cumpleaños del Führer en el Colegio Alemán

La omnipresente presencia de los aliados italianos y alemanes de los sublevados destaca en escenas como la bendición del gallardete del italiano Fascio di Saragozza, o en celebraciones nazis como el cumpleaños del Führer en el Colegio Alemán y la llegada a la cancillería alemana en el Casino Mercantil, además de su habitual participación en los homenajes a los «caídos» o en una antológica corrida de toros homenaje a la Aviación nacionalista. La Legión Cóndor de la Luftwaffe alemana aporta varias imágenes con su gran jefe, Wolfram von Richthofen, visitando la base de utilización conjunta en el aeródromo Sanjurjo de Zaragoza.

Primera piedra del grupo de viviendas de Falange en el ensanche de Miralbueno, 1937 Skogler, DPH

Los efectos de los bombardeos republicanos sobre la ciudad protagonizan también varios reportajes de denuncia, como los que tuvieron lugar en la calle de Torrenueva y de Don Jaime I y en la plaza de Castelar.

Los jerarcas locales de Falange, comenzando por su responsable provincial, Jesús Muro Sevilla, protagonizan un buen número de imágenes, tanto asistiendo a actos oficiales, poniendo la primera piedra a unas viviendas de la Central Obrera Nacional Sindicalista, posando en la boda de un camarada, en algún bautizo, etc. De la misma forma, la sede provincial de Falange, de la Sección Femenina y el Hogar José Antonio, se nos muestran mediante varias fotos de su exterior y de algunas oficinas y dependencias.

Una más que interesante selección fotográfica de un archivo imprescindible que muestra la Zaragoza más ultra de finales de los años 30, durante la terrible guerra civil

La íntima ligazón entre la jerarquía de la iglesia católica y los sublevados en Zaragoza aparece explícita en homenajes y celebraciones de casi cualquier tipo, destacando una misa en el cuartel de Falange establecido en el Frontón Cinema; la misa a la Inmaculada Concepción como patrona del arma de Infantería en Santa Engracia; y una misa en el interior de la atestada prisión provincial de Torrero…

Caseta con novedades editoriales en la plaza de España, 1938 Skogler, DPH.

Muy de cuando en cuando se cuela alguna imagen que podría considerarse más de la vida cotidiana, como una foto en la terraza del Café Gambrinus, aunque casi todos los clientes sean militares o paramilitares; un partido de fútbol en el campo de Torrero con ambos equipos realizando el saludo fascista; o la tradicional cabalgata de los Reyes Magos saliendo del Hospicio Provincial.

Una más que interesante selección fotográfica de un archivo imprescindible que muestra la Zaragoza más ultra de finales de los años 30, durante la terrible guerra civil. Todo un repertorio visual para comprender mejor de dónde venimos, y a dónde no queremos volver ni por equivocación...