La gran industria aragonesa que utiliza cogeneración –producción de electricidad aprovechando el calor de la propia actividad de sus fábricas– vive un momento delicado que puede acabar teniendo consecuencias sobre el empleo. Los altos precios del gas, que se han disparado un 300% en solo ocho meses, y la exclusión de estas instalaciones de las compensaciones del mecanismo de la excepción ibérica del mercado eléctrico han puesto contra las cuerdas a este sector, al que le sale a pérdidas producir luz. Esto ha hecho que se haya desplomado la producción de luz con esta tecnología en la comunidad. En concreto, en los dos últimos meses y medio, la caída ha sido del 52% y las estimaciones para septiembre apuntan a que el recorte llegará al 70%, lo que compromete el funcionamiento de algunas empresas que dependen de este sistema energético para ser competitivas.
Las plantas de este tipo ubicadas en la comunidad generaron 293 gigavatios hora entre el 15 de junio –cuando se puso en marcha el mecanismo del tope al precio del gas para producir electricidad– y el 31 de agosto, frente a los 611 que los cogeneradores aragoneses vertieron a la red en el mismo periodo del año pasado, según datos facilitados a este diario por la patronal Acogen, que agrupa a unas 600 factorías con cogeneración en España.
La caída de la producción se está intensificando mes a mes al mismo ritmo que han ido subiendo los precios del gas. El descenso interanual registrado en julio fue del 45%, en agosto llegó al 57% y en septiembre se prevé que el bajón alcance el 70%.
Aragón cuenta con un total de 54 cogeneraciones con una potencia instalada de 504 megavatios (MW). Más de la mitad de este parque de generación corresponde al gigante aragonés del papel Saica, que cuenta con un total de 220 MW con esta tecnología repartidos en cuatro plantas alimentadas con gas natural y una con biogás. Tres de las primeras están apagadas actualmente, dos de ellas desde el 1 de agosto y una desde el pasado martes.
Según fuentes de Acogen, el parón de la cogeneración es total en la provincia de Teruel y la caída de la producción se encuentra próxima al 80% en la de Zaragoza, donde se encuentran las plantas del grupo papelero aragonés.
Los efectos en el empleo
Desde Acogen advierten que la parálisis de este modelo energético puede tener una «grave afectación industrial» en el sector papelero, alimentario, químico, tableros y automóvil, entre otros. La propia Saica ha alertado de que, si el Gobierno de España no encuentra una solución que garantice la rentabilidad de estas instalaciones, se verá obligada a dejar de producir temporalmente en España, lo que tendrá efectos en el empleo.
Hay una empresa de Huesca que ya ha tenido que aplicar un erte por esta situación. Se trata de Capwatt, que ha detenido la producción de su planta de cogeneración en Altorricón y ha acordado con la plantilla la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo para 17 trabajadores, según informaron fuentes de la Federación de Industria de CCOO Aragón.
La patronal Acogen tiene previsto mantener este viernes una reunión por este asunto con el Ministerio para la Transición Justa, al que reclama que la cogeneración sea compensada por el tope al gas igual que hace con los ciclos combinados H
