El Periódico de Aragón

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TURISMO ITINERANTE

El auge de las autocaravanas plantea un nuevo reto a las zonas turísticas de Aragón

La falta de áreas de servicios específicas obliga a los usuarios a estacionar y acampar en lugares prohibidos

Estacionamiento improvisado de autocaravanas junto al río Cinca, en el Sobrarbe. SERVICIO ESPECIAL

Son como una evolución moderna y compacta de las clásicas roulottes, pero en una sola pieza y con motor en lugar de enganche. Las autocaravanas, esas viviendas sobre ruedas, llevan años proliferando por las carreteras de Aragón, donde podría haber entre 2.000 y 3.000 de estos vehículos. Con más de furgonetas que de coches, por sus dimensiones y movilidad, estas casas móviles se han convertido en un medio de locomoción cada vez más utilizado para hacer turismo.

Desde fechas recientes, sobre todo a partir de la pandemia de coronavirus, se han multiplicado. Se calcula que en el conjunto de España, a finales de 2021, había matriculadas cerca de 80.000, frente a 234.000 caravanas y 15.300 furgonetas tipo camper. Y ha llegando un momento en el que plantean un acuciante reto a las zonas turísticas de la comunidad.

El todavía insuficiente número de párquines y áreas de servicio para estos vehículos obliga en ocasiones a sus propietarios a estacionar al borde de las vías de comunicación o a las afueras de pueblos y ciudades, en cualquier explanada propicia, a la hora de las comidas o para pasar la noche. Lo malo es que esos lugares no ofrecen unos servicios mínimos de luz, agua y vertido.

Parquin de autocaravanas en Aínsa, una de las localidades que más cuida este tipo de turismo. GIRO LIBRE

Pocas áreas y mal indicadas

En algunos casos, según la normativa y el lugar, este tipo de acampada constituye una infracción administrativa que ha generado protestas por la estela de suciedad que dejan tras su paso una minoría de propietarios de autocaravanas.

«A partir de julio, estos vehículos han formado verdaderos cámpines improvisados al lado del eje del Cinca y otros ríos»

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«A partir de julio, estos vehículos han formado verdaderos cámpines improvisados al lado del eje del Cinca y otros ríos», denuncia un miembro de la Asociación Empresarial y Turística de Sobrarbe. «Nunca habíamos visto nada parecido, en el paraje de la Caseta de los Pescadores no cabían más».

«La mayoría de estos visitantes son sin duda respetuosos con el medio ambiente, pero hay algunos que dejan un rastro de residuos de comida y vertidos de aguas de las fregaderas y los baños», añade esta fuente.

"Hay muy pocas áreas de servicios pensadas para las autocaravanas y además las que existen no están bien indicadas en las carreteras"

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El problema, apuntan los aficionados a esta forma de viajar con la casa a cuestas, «es que hay muy pocas áreas de servicios pensadas para las autocaravanas y además las que existen no están bien indicadas en las carreteras», lamenta Peña Bernal, que está al frente de la Asociación Campista y Caravanista Aragonesa (ACCA).

Autocaravana estacionada en la nueva área de servicios de Tarazona. AYUNTAMIENTO DE TARAZONA

Lento avance de la construcción

«La escasez de zonas de servicios adecuadas hace que, involuntariamente, muchos usuarios de autocaravanas se expongan a multas», asegura Bernal. En su opinión, la situación se agrava debido a «los precios que se pagan por estos vehículos en los cámpines». Y apunta al hecho, «negativo», de que «no todos los establecimientos de acampada permiten pernoctar simplemente, sin usar el resto de servicios».

A ello se añade, subraya Maite Blanco, gerente de Autocaravanas Aragón, importadora y distribuidora de estas viviendas rodantes, que en Aragón y muchas otras comunidades «la construcción de áreas de acogida dotadas de agua, red de vertido y conexión eléctrica avanza muy lentamente».

«La construcción de áreas de acogida dotadas de agua, red de vertido y conexión eléctrica avanza muy lentamente».

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Desde su punto de vista el retraso de España en incorporarse a la era de las autocaravanas, que en el resto de la Europa comunitaria ya son un medio de transporte popular hace décadas, se debe a que los ayuntamientos han sido reticentes hasta que han comprobado que se trata de «un turismo de mucha calidad».

«Esta modalidad de viaje turístico es propia de personas de clase media-alta, pues un hogar rodante con motor incluido, en el segmento de las autocaravanas, cuesta a partir de 65.000 euros», apunta. En este sentido, explica, la autocaravana atrae a un público diferente al de las roulottes o caravanas, un segmento compuesto por familias con niños que tienen, pero no siempre, un menor poder adquisitivo y una movilidad más limitada.

 Además, insiste, estas familias o parejas, una vez instaladas en un lugar concreto, compran en las tiendas y supermercados y van a los restaurantes». De ahí que considere que «para un ayuntamiento optar por construir este servicio es siempre un acierto». Y apunta que es bueno que la iniciativa privada, como ha ocurrido en el pueblo pirenaico de Fiscal, llegue allí donde no lo hace la pública y monte unas áreas de servicios para autocaravanas que enseguida atraen a gran número de usuarios.

Diferencias entre pernoctar y acampar

La normativa de la comunidad aragonesa sobre autocaravanas y vehículos similares (cámperes, caravanas, furgonetas camperizadas) penaliza la acampada en lugares no autorizados y en especial en los enclaves naturales y otros parajes protegidos.

Por el contrario, en muchos lugares sí está permitida la pernoctación. Se entiende en este caso que los ocupantes del vehículo no invaden el espacio exterior y se limitan a dormir dentro de la autocaravana, que se encuentra debidamente estacionada.

«Hay que entender que acampar está relacionado con ocupar un espacio con mesas y sillas o tiendas de campaña, fuera del vehículo», explica un jurista consultado por este medio. «Y eso es lo que está prohibido, en Aragón y en toda España, y todavía con más rigor en las reservas y parques naturales, que están especialmente protegidos», añade este experto.

Con todo, la normativa no es igual para toda España y en determinados municipios se prohíbe tanto estacionar como pernoctar en zona urbana, con excepción de los lugares que cuentan con instalaciones de acogida acondicionadas para las autocaravanas y otros vehículos.

La rápida evolución del sector del turismo itinerante ha llevado a la Diputación General de Aragón (DGA) a elaborar un nuevo reglamento de alojamientos singulares y al aire libre que de momento ya ha superado la fase de información pública.

Esta normativa, que actualiza los decretos de mayo de 2004 y marzo de 2006, se caracteriza porque supone un importante incremento de las exigencias en materia de seguridad. El reglamento en preparación se centra en particular en las condiciones que deben cumplir las áreas de acogida y acampada de autocaravanas, caravanas en tránsito y vehículos similares. Estas zonas de servicios, señala el texto legal, podrán establecerse de forma independiente o junto a un campin.

Otra novedad es que se aumenta el porcentaje de parcelas destinadas a bungalós y casas móviles, hasta alcanzar el 60% del espacio. La normativa, por otro lado, recoge la creación de una nueva categoría de establecimientos turísticos: las áreas de acogida y acampada de autocaravanas y otros medios de locomoción con fines turísticos.

Un apartado de gran interés en el reglamento está constituido por diferentes tipos de alojamientos singulares, como las cabañas en los árboles, los iglús, las yurtas, las burbujas y las cuevas, entre otros. 

Falta la preparación adecuada

Montserrat Castán, alcaldesa de Ansó, ha comprobado que la falta de un parquin para turistas itinerantes en su municipio está empezando a crear problemas. «Lo cierto es que, al no haber zonas de estacionamiento específicas, a veces los vigilantes tienen que llamarles la atención si aparcan en el parque natural de los Valles Occidentales», explica.

Pero considera que el problema no deriva tanto de la actitud de los caravanistas como del hecho de que Ansó «todavía no está preparada para acogerlos adecuadamente». Una cuestión que es más que nada presupuestaria y que debe implicar a las distintas administraciones.

Mientras tanto, el número de las casas sobre ruedas, en cualquiera de sus diversas modalidades, no deja de crecer en España en general y en Aragón en particular.

De hecho, se sabe que en 2021 la comunidad aragonesa incrementó las ventas de autocaravanas casi un 24% respecto a 2020 y más de un 40% en los últimos cinco años, según datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar). Además, Zaragoza fue la provincia que más autocaravanas dio de alta en su comunidad, con 120 vehículos, aumentando sus ventas en un 21,2% desde 2017, según la misma fuente. Durante este mismo periodo, Aragón ha pasado de matricular 141 autocaravanas a las 198 del año pasado, un aumento del 40,4%.

Pero la clave no está solo en Aragón y el resto de España, sino en toda Europa, donde la venta de estos vehículos con casa incluida crece de forma sostenida desde hace décadas.

Lo que significa que muchas parejas y familias se convierten en trotamundos rodantes con capacidad para recorrer todo el territorio nacional, hasta el último rincón del Pirineo. Y todo ello de forma autónoma, sin necesidad de dormir en hoteles y otros alojamientos de pago.

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