El Periódico de Aragón

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AL CALOR DE LAS INVERSIONES

El Burgo de Ebro y su 'boom' industrial: más trabajadores que vecinos

A la localidad de la Ribera Baja van diariamente a trabajar 3.000 empleados, muchos de ellos de los municipios colindantes, pero están empadronadas unas 2.600

Varios trabajadores de la construcción en el centro de datos de Amazon Web Services en El Burgo de Ebro, el pasado viernes. ANGEL DE CASTRO

El desembarco de grandes inversiones en El Burgo de Ebro como Amazon Web Services y la buena marcha de otras como Saica, Tronchetti o las decenas de empresas allí implantadas llevan a un hecho particular: en esta localidad de la Ribera Baja del Ebro trabaja más gente que vecinos la habitan. Más de 3.000 personas acuden diariamente a sus polígonos industriales, mientras que el padrón crece poco a poco, situandose la cifra en torno a los 2.600. Ahí está el caballo de batalla para los próximos tiempos, pues la riqueza que las empresas dejan en el municipio es notable.

Es su ubicación, muy próxima a la capital aragonesa y por ende conectado al corredor del Ebro entre las grandes ciudades del norte, una de las claves por las que El Burgo recibe jugosas oportunidades industriales. No obstante, lo que Zaragoza te da, Zaragoza te lo quita. Si la cercanía (14 kilómetros) con el gran nexo logístico del norte del país es un acicate para la atracción empresarial, también es un palo en las ruedas para el asentamiento de la población y la independencia de la metrópoli. La razón se comprende: cuesta convencer a todos los trabajadores para que fijen su residencia en la localidad.

"No es riqueza para el municipio, sino para toda la comarca. Aquí vienen a trabajar vecinos de Fuentes, Quinto, Gelsa... La gran mayoría de los trabajadores de la industria son de la comarca", dice el alcalde

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En cualquier caso, el alcalde de El Burgo, Vicente Royo piensa que la riqueza que genera la industria se extiende a los municipios de alrededor. «No es riqueza para el municipio, sino para toda la comarca. Aquí vienen a trabajar vecinos de Fuentes, Quinto, Gelsa... La gran mayoría de los trabajadores de la industria son de la comarca», explica Royo.

Y hay motivos para creer que el relanzamiento de El Burgo no es flor de un día. «Hace tiempo que no subimos impuestos, hemos financiado los libros de texto del colegio desde hace tiempo, podemos subvencionar equipos deportivos y también fomentar más servicios para mayores, entre otras cosas», apunta Royo.

La nave de Tupersa, en La Noria, con sus tubos perfilados. ANGEL DE CASTRO

Sin embargo, quedan desafíos pendientes. Uno de ellos es que se instale en el renovado parque de bomberos una dotación de la Diputación Provincial de Zaragoza en apoyo a los municipios de la Comarca Central, algo que se iba a ejecutar pero quedó en agua de borrajas y sigue vacío. Mientras tanto, el servicio de extinción de incendios se mantiene a través de un convenio con Bomberos de Zaragoza que cuesta 1,5 millones de euros al año.

La cercanía con_Zaragoza también impide al comercio de El Burgo despegar del todo, al menos por el momento. El eje de la N-2 y ahora la AP-2 desde su liberalización acapara los menús del día para los transportistas y turistas. De nuevo, estar a una quincena de kilómetros de la capital aragonesa es un trámite para la carretera. Aún así, restaurantes como La Pista o El Burgolés siguen atrayendo a los trabajadores de los tres polígonos industriales de la localidad. En barbecho está de momento la estación de servicio El Espartal, que lleva años en construcción en la N-232, justo entre los dos polígonos homónimos. 

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