censo de población 2021

La despoblación en Aragón: las dos caras de la misma moneda

La población de Cuarte ha crecido en la última década casi un 35%, sin embargo, en Acered y Sigüés han perdido

La plaza del pueblo de Sigüés.

La plaza del pueblo de Sigüés.

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

Son la cara y la cruz de la misma moneda, la de la despoblación en Aragón. La comunidad pierde habitantes, se concentra en el área metropolitana de Zaragoza. Pero hay municipios que crecen, como Cuarte y otros, que van perdiendo población poco a poco. EL PERIÓDICO habla con tres regidores, uno que ha visto incrementar sus vecinos y dos que han ido descendiendo.

Jesús Pérez (alcalde de Cuarte de Huerva): «La gente busca sitios con calidad de vida y servicios»

Desde hace tiempo, las calles de Cuarte siempre están llenas de gente.

Desde hace tiempo, las calles de Cuarte siempre están llenas de gente. / ANGEL DE CASTRO

36 años al frente de la Alcaldía dan para conocer la historia más reciente de tu municipio casi como las líneas de la mano. Jesús Pérez lleva en el mismo asiento desde hace casi cuatro décadas y recuerda tiempos muy distintos en Cuarte de Huerva: «Cuando empecé, éramos unas 900 o 1.000 personas en el pueblo, nos conocíamos todos».

La masiva transformación de la localidad, que hoy aparece en las listas nacionales de ciudades con mayor crecimiento y tasas de ocupación, ha supuesto también toda una revolución en la composición de la ciudad. «Cada día hay más servicios para los vecinos, pero también surgen nuevas complicaciones con las nuevas llegadas», comenta Pérez, que siempre intenta hacer comprender que «en el caso de la Administración pública todo debe hacerse de forma transparente, no es como una empresa privada que puede contratar a quien quiera en dos segundos».

Un proceso con el que tiene la sensación de «siempre quedarse un poco cojo, como que falta algo más», aunque responde a la principal llamada de las personas, ya que «la gente busca un sitio donde hay calidad de vida y en el que puede encontrar todo tipo de servicios».

Pérez destaca todo lo ofrecido por Cuarte en materia infantil y para la tercera edad, aunque hay mucho más detrás de ese crecimiento. «No podemos negar que la cercanía con una ciudad como Zaragoza es muy influyente en nuestro crecimiento», así como la conectividad, «con un autobús que pasa cada media hora». 

Siempre pensando en hacer más sencilla la vida de los vecinos de Cuarte de Huerva, «tanto los que llevamos desde el principio como los que llegan nuevos casi cada día», el trabajo está dirigido a que todos, conocidos y por conocer, «podamos tener una vida lo más cómoda posible y podamos seguir viendo crecer nuestra localidad». 

Un trabajo «que se nota en las calles y en el día a día» y que se extenderá seguro en el tiempo, ya que «seguiremos haciendo todo lo que podamos».

Conrado Sicilia (alcalde de Acered): «Algún día no tenemos gente ni para echar una partida de guiñote en el bar»

Conrado Sicilia fue alcalde de Acered a mediados de los años 80. Tuvo hijos, se dedicó a su familia y no volvió a la Alcaldía hasta que pasaron dos décadas. Desde 2007, ocupa el mismo cargo. «No te digo si me presento a las del año que viene, que Dios dirá», anuncia, con misterio.

El ocultismo lo pierde cuando toca hablar de la demografía de este municipio de la comarca Campo de Daroca. «No dejamos de perder gente», lamenta un alcalde que cree que las nuevas generaciones «están enfocadas en la capital, porque es donde se está haciendo que la vida siga adelante».

Le sobran dedos de una mano para contar los nuevos vecinos que han llegado en los últimos años. «Es gente del Este de Europa, que llegan porque de vez en cuando sale trabajo», explica. La construcción, con Calatayud como eje, y las campañas de la almendra y de la fruta son los principales atractivos económicos. 

Para Sicilia, el futuro de estos municipios pasa por que puedan ofrecer potenciales ingresos: «Si la economía no acompaña, la gente no va a venir». La falta de gente en el pueblo se nota en el día a día, hasta en los asuntos más cotidianos:«Algunos días no tenemos gente ni para echar la partida de guiñote en el bar».

Una vida cotidiana que, para Sicilia, puede seguir hacia delante porque los servicios siguen funcionando. «No nos podemos quejar», detalla el alcalde de Acered, que sabe de memoria la distribución de los servicios médicos, «porque el enfermero y el médico vienen lunes, miércoles y viernes, alternándose los horarios».

Para ese futuro en el que Conrado no sabe si será alcalde, la solución no parece estar cerca. «No pintamos nada», cuenta sobre su cargo, y las relaciones con las instituciones públicas de mayor calado tampoco parecen funcionar de la mejor manera, «ya que conocen perfectamente el caso de los pueblos que estamos así pero no hacen nada por nosotros». 

El horizonte hacia el que va Acered y otros pueblos atacados por la despoblación es incierto, aunque Sicilia ve algunos brotes verdes. «Tenemos tres chicos estudiando primaria y otros tres en secundaria», cuenta el alcalde, que inevitablemente recuerda cómo era el colegio en sus tiempos: «Había una clase con 66 niñas y otra con 56 niños». 

Pasado, presente y complicado futuro para un municipio zaragozano al que sus 100 habitantes fijos, más los veraneantes, siguen siendo fieles.

Eduardo Abadía (alcalde de Sigüés): «Nadie hace nada por los que sufrimos la despoblación»

Sigüés espera revitalizarse gracias a la hostelería.

Sigüés espera revitalizarse gracias a la hostelería.

Para Eduardo Abadía, alcalde de Sigüés, no es extraño ver a su pueblo en la lista de los municipios aragoneses que más población ha perdido en los últimos años. «La bajada de gente es algo que viene desde hace mucho tiempo», resume un edil que sigue pensando en que las cosas pueden cambiarse. 

«Se puede intentar crecer, pero es algo muy complicado para los pueblos tan pequeños», explica Abadía, que pese a ello asegura que en Sigüés no están «peor que antes» en materia de servicios. La localización del municipio, en las Cinco Villas y muy cerca de Navarra, le permite tener acceso a servicios básicos muy cerca de los límites del pueblo. 

La salud es el que más preocupa a todos los vecinos, pero hasta la fecha no ha supuesto ningún problema para el buen desarrollo. «Tenemos suerte de que el centro de salud tiene gente y son muy competentes», celebra Abadía, cuyo temor está en el futuro, «ya que nadie nos asegura que vengan nuevos médicos cuando los que tenemos se jubilen». 

Lo que sí lamenta el regidor es que hoy Sigüés arrastra problemas relacionados con el pantano de Yesa, «porque muchos vecinos se fueron por miedo a los efectos que esta gran obra iba a tener en nosotros y en los pueblos de al lado».

Jaca también es una localidad cercana, en la que muchos residentes trabajan. «Nos gustaría que la gente confiase en el pueblo, trabajase en otra localidad y volviese a pasar la noche a Sigüés», cuenta Abadía, que también comprende que los trabajadores prefieran residir en el lugar en el que ejercen su profesión. 

Los conflictos para Abadía saltan del plano municipal a las instituciones que están por encima. «Todos coinciden en que somos la España despoblada pero nadie hace nada por solucionar el problema», lamenta un edil que, directamente, asegura que «no interesan» estos municipios.

En Sigüés, si la ayuda no viene de fuera, la montan ellos. Y en busca de algo que fije a la población en el territorio y que abra oportunidades de futuro para los vecinos, el consistorio trabaja en la apertura de un nuevo hotel–restaurante: «Si generas empleo, la gente se queda».

No hace mucho, uno de los últimos nacidos en el pueblo alargó la carrera familiar en la agricultura. Otros decidieron marcharse. Una de cal, una de arena: «Algunos apuestan por quedarse y otros se irán, pero nos adaptaremos a todo».

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