Las estaciones de esquí calientan motores con inversiones de un millón de euros

Calientan motores en los valles de Benasque, del Aragón, de Tena o en Javalambre porque apenas queda un mes y medio para que los esquiadores empiecen a descender las pistas aragonesas y el oro blanco de la comunidad empiece a facturar los 150 millones de euros que aporta al PIB autonómico cada temporada. No se han quedado quietos en las estaciones pirenaicas, donde las inversiones en los locales comerciales, la compra de nuevas máquinas pisapistas, la innovación para conservar la nieve o el mantenimiento de los telesillas y remontes obligan a destinar partidas que superan el millón de euros a las estaciones aragonesas.

Bien es sabido que la nieve es un sector estacional, que atrae notables volúmenes de turistas entre el puente de la Constitución y el comienzo de la primavera, pero desde hace tiempo los trabajos sobre las pistas aragonesas se extienden durante los 365 días del año. Recuerda con tino Pedro Urieta, el director de la escuela de esquí de Formigal, aquellos tiempos cuando «hace 50 años las escuelas cerraban al final de la temporada», algo «impensable» a día de hoy. «Ya no se interrumpe la campaña, cuando acabas una empiezas a preparar la que viene. Hay mucho trabajo en verano: atender a las agencias de viajes, preparar folletos... Es la única forma de mantener el ritmo desde que el volumen de esquiadores ha crecido tanto», señala Urieta.

«Estamos haciendo lo mismo que todos los años: no parar de trabajar desde que se cierra la estación hasta que se vuelve a abrir. Las colchonetas, la nieve artificial o los remontes requieren de mantenimiento todo el año», explica Andrés Pita, el subdirector de la estación de Astún.

Con una inversión que ronda el millón de euros, en este complejo del valle del Aragón se ha cambiado por completo el sistema de tornos de acceso a los remontes, algo que debía ejecutarse después de una pandemia «que paró algunas mejoras» que debían hacerse. Más aún tras «una muy buena temporada en cuanto a cifras de esquiadores» a pesar de un comienzo titubeante, con unas Navidades que fueron flojas a causa de las escasas nevadas de las que se remontó con «el mejor febrero de la historia de la estación» y «un muy buen» mes de marzo.

Además, en Astún han instalado 12 puntos de recarga de coches eléctricos, se ha adquirido una nueva máquina pisapistas y se está renovando por completo la cafetería Sarrios, que se ubica a 1.940 metros de altura y sustituirá al restaurante Henri Abelé Lounge, que sufrió un incendio devastador en noviembre de 2021.

Los vuelos chárter del puente de la Constitución, al 60% de ocupación

También se espera una inversión que superará el millón de euros en Candanchú, que ha reflotado su situación tras estar a un tris de cerrar sus puertas por el daño económico de la pandemia –se repartió con Astún cuatro millones de euros del Gobierno de Aragón para cubrir los gastos de apertura– y vivió el año pasado «una buena temporada» que le permite acometer varias actuaciones estos días en sus instalaciones. «Además de las revisiones ordinarias, este año nos toca hacer exámenes extraordinarios en telesillas que hay que hacer cada cinco o diez años», explica Álvaro Luna, director de Candanchú.

Sin embargo, algunas intervenciones claves para el futuro del sector de la nieve pasan precisamente por la materia prima sobre la que se deslizan los esquiadores. «Estamos trabajando muchísimo en las pistas para aprovechar al máximo la nieve natural a través del montaje de paravientos o la mejora de algunos trazados, sobre todo en Rinconada, Tobazo o Tuca», cita Luna, sobre algunas de las pistas más emblemáticas de la casi centenaria estación, que fue fundada en 1928.

El sector turístico, a la espera de las nevadas

De esas nevadas a finales de noviembre dependerá la apertura de la temporada durante el puente de la Constitución, algo a lo que fían el final de año en la hostelería. «Dependemos mucho del pistoletazo del puente porque un buen comienzo te permite sobrevivir hasta el 26 de diciembre», señala Anabel Costas, vicepresidenta de la Asociación de Hosteleria y Turismo de Huesca.

Aramón, la sociedad público-privada participada a partes iguales por el Gobierno de Aragón e Ibercaja que posee los dominios esquiables de Cerler, Formigal-Panticosa y Javalambre-Valdelinares, declinó proporcionar datos sobre las inversiones ejecutadas para este año y refirió a la presentación oficial de las mismas que llevarán a cabo a final de noviembre. Sí se apuntó que «se enfocan en la mejora de los servicios e instalaciones para el cliente y se continúa con el trabajo de actualización de máquinas pisapistas y sistemas de innivación más eficientes y la mejora de algunas de las pistas».

Los que tampoco paran son los deportistas, que se entrenan día sí y día también para llevar a Aragón a las cotas más altas del éxito en las pruebas de invierno. José Ricardo Abad, presidente de la Federación Aragonesa de Deportes de Invierno y dueño de la tienda especializada Intersport Jorri, señala «la ilusión y las ganas» depositadas en el curso que ahora empieza. «Este año puede ser muy bueno. Tenemos muy buena relación con Aramón y parece que este por fin va a ser el año para que nos cedan pistas para entrenar en unas fechas en las que no perjudiquemos al turismo», explica Abad, que cita dos eventos como los puntos clave de la temporada: la copa del mundo de kilómetro lanzado, siendo la primera vez que se celebra en Aragón, y el Campeonato de España absoluto de esquí alpino, la prueba más importante del circuito nacional. Ambas tendrán lugar en Formigal.