El crucificado, conocido como Cristo del Amor, que porta a hombros cada Jueves Santo la hermandad zaragozana de Cristo Resucitado y Santa María de la Esperanza y del Consuelo lucirá completamente restaurado gracias a la labor de Francho Almau.

La intervención ha consistido en la limpieza de la policromía, sellado de pequeñas grietas, así como eliminación de depósitos muy adheridos y de difícil remoción por medios mecánicos de bisturíes y escalpelos.

Todo ello lo hizo Almau previo desenclavado de la talla de madera para su estudio en el que también vio necesaria la reconstrucción volumétrica de volúmenes faltantes con escayola, la consolidación del anclaje de la imagen y la colocación de casquillos metálicos en los orificios sustentantes para la tornillería del sistema de sujeción de la Talla a la Cruz

También en la cruz ha eliminado intervenciones anteriores, le ha dado una capa de protección con barniz sintético y le ha dado un tono ligeramente más oscuro. La cartela con la inscripción inri se ha renovado buscando una imagen más similar a la original realizada en los años 30 y de autor desconocido.

La imagen representa a Cristo crucificado en el momento de morir. De ahí viene su nombre, según mantiene la cofradía que dirige Carlos Pardos, que mantiene que "en su infinita bondad, sufre un autentico calvario y entrega su vida, por la salvación de la humanidad". No obstante, en un principio se llamó del "buen amor", aunque al final se optó por la denominación más corta y sencilla "del Amor".

Procesionó por primera vez el Jueves Santo de 1990. Desde entonces, la Virgen tallada por Jorge Albareda acompaña al crucificado. Cedida por los PP. Agustinos, presidía el Vía Crucis del colegio San Agustín hasta que en el año 1990 la Hermandad comienza a organizar, el Viernes de Dolores, el Vía Crucis parroquial con la participación de todos los grupos parroquiales y colegiales. 

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