La Guardia Civil interceptó ayer una caravana de cáñamo, tras una persecución por la A-23 en la que los ocupantes de la furgoneta llegaron a desprenderse de parte de la mercancía que llevaban en el interior. La voz de alarma la dio el dueño de la plantación situada en Calamocha y que vio por las cámaras de seguridad el robo de una ingente cantidad de especies. Hubo siete detenidos

Los agentes venían siguiendo la furgoneta y el turismo lanzadera que le precedía hasta que llegaron a la altura de Muel, en Zaragoza, momento en el que una importante dotación de patrullas del instituto armado procedieron a desactivar el convoy y a detener a siete personas que ocupaban los dos vehículos, según pudo saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. El dispositivo desarrollado tuvo lugar a media tarde de ayer. Al cierre de la edición en papel de este diario todavía se desconocía la cantidad exacta de cannabis que transportaban.

La última intervención de similares características tuvo lugar en la AP-2 en Pina de Ebro. Dos personas fueron arrestadas y 26 kilos de marihuana repartida en 46 bolsas aprehendida.

¿Por qué se roba el cáñamo?

El robo en plantaciones de cáñamo se ha ido incrementando conforme ha ido apareciendo este tipo de industria que planta cannabis con un THC que no supera el 0,2, es decir, con un bajo índice cannabinoide que es el provoca el efecto psicoactivo. Aparentemente la planta es igual y eso lo saben los traficantes de droga que han visto una oportunidad para rebajar los costes. De hecho, lo emplean como sustancia de corte como pasa en la cocaína con algún que otro medicamento.

Crimen del vigilante de Pleitas

La Guardia Civil sigue buscando a los autores del asesinato del vigilante de la plantación de cáñamo de Pleitas. Antes del crimen, la víctima avisó a su jefe que estaban robando en la explotación. Fue abatido con un único disparo y con munición de caza.

El cadáver estaba sentado en el asiento del conductor y llevaba el cinturón puesto. Pese a esa posición, el disparo mortal le entró por la espalda, cerca del omoplato y la dirección del proyectil fue de arriba a abajo, tal y como adelantó EL PERIÓDICO. La explicación que los investigadores del Equipo de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza barajan es que la víctima podía estar girada ligeramente hacia el puesto del copiloto, donde la ventanilla estaba bajada y que hace entrever que estaba hablando con alguna persona.

Un ataque que fue por sorpresa puesto que en ese momento de distracción el autor del tiro no habría dudado en apretar el gatillo, teniendo su ventanilla subida. Muestra de ello es que los cristales aparecieron en el interior del vehículo.