Desde hace dos años la Policía Nacional mantiene activado un dispositivo de vigilancia especial en el zaragozano barrio de El Gancho donde la actividad delincuencial era tal que la Delegación del Gobierno autorizó macrorredadas y el Ayuntamiento de Zaragoza decidió instalar cámaras de seguridad en algunas calles. Una de las medidas de seguridad del día a día son patrullas que recorren las calles, tanto uniformadas como de paisano. Una identificación de un joven, que luego resultó ser que estaba siendo buscado para cumplir condena por agresión sexual, se saldó con cuatro agentes heridos y tres arrestados, dos de ellos por tratar de evitar que el primero acabara en prisión.

Fue sobre las 20.00 horas cuando una pareja de agentes sin uniformar sospecharon de la actitud de M. A., marroquí de 32 años, y fueron detrás de él, quien, a su vez, aceleró la marcha. Le dieron el alto en la calle Cerezo y le pidieron su documentación, afirmando este que solo llevaba una foto en su teléfono móvil. Los funcionarios pertenecientes a la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón le dijeron que no era suficiente, iniciando una carrera por las calles cercanas hasta que se introdujo en el número 109 de Las Armas.

Trató de evitar que los agentes entraran dentro del portal, si bien no lo consiguió. En paralelo, pidieron refuerzos que llegaron rápidamente y detuvieron a este joven muy esquivo y violento no sin antes ser agredidos.

Pero no acabó la intervención ahí, puesto que llegaron K. B. e Y. Y., de 32 años y de origen marroquí y argelino, que trataron de ayudar a M. A. agrediendo a los policías. Por un momento lo consiguieron porque este subió las escaleras y trató de descolgarse por una ventana, pero iba engrilletado y no pudo ser arrestado. Finalmente, los tres, con una veintena de antecedentes entre los que destaca tráfico de drogas, robos y usurpación de bienes e inmuebles, fueron detenidos por atentado a agentes de la autoridad.