A la cárcel por insultar y amenazar de muerte a su esposa en Casetas (Zaragoza)

Desde diciembre de 2020 hasta mayo de 2022, Ionel Mazilu no paró de llamar «puta», «mala madre» y «zorra» a su esposa. Incluso le amenazó de muerte en reiteradas ocasiones hasta que, por última vez, estas intimidaciones también las profirió hacia su hija. Tanto es así que Ionel, de 55 años y nacionalidad rumana, amenazó a ambas con cortarles el cuello si no le entregaban 75.000 euros. Ahora la magistrada sustituta del Juzgado de lo Penal número 9 de Zaragoza le ha condenado a un año y nueve meses de cárcel por un delito de maltrato habitual y a otros nueve meses de prisión por un delito continuado de amenazas leves. Sobre él también pesa una orden de alejamiento de 200 metros durante los próximos tres años.

Ambos contrajeron matrimonio en 2016, pero su relación comenzó a deteriorarse en diciembre de 2020 a raíz del fallecimiento de una hija de la víctima. Con motivo de este trágico acontecimiento, la familia se trasladó a Rumanía para regresar pasados unos días a España. Su esposa decidió permanecer en su país natal durante dos meses, una decisión que perturbó al ahora condenado, ya que no dejó de llamarla por teléfono culpándola de la muerte de su hija con insultos del tipo «puta» y «perra». A ella se dirigió en los siguientes términos: «mala madre, un día sabrás por qué le ha pasado esto a tu hija» o «¿cuántos amantes has tenido?»

También le acusó de infidelidad al haberle engañado «con muchos compañeros y mucha gente en Madrid». De la capital de España se trasladaron en febrero de 2022 a Casetas una vez que Ionel se quedó sin trabajo. Allí convivieron con otra hija de la víctima, su yerno y sus dos nietos. Sin embargo, esta convivencia se convirtió en un infierno porque Ionel continuaba insultándole reiteradamente.

Las vejaciones de Ionel se agravaron todavía más el 1 de mayo, día en el que hizo ademán de golpearle delante de sus nietos mientras le decía: «Te mato, tienes suerte de que estás en casa de tu hija. Si no, te enseño quién soy yo. Un día te voy a matar». Estas amenazas de muerte continuaron al día siguiente, cuando ella se negó a irse a vivir con él a una habitación compartida como ya habían hecho años atrás en Madrid.

Posteriormente, Ionel le llamó por teléfono y le dijo que fuera al descampado de Casetas para enseñarle quién era él. «Que se arrepentía de los 13 años que había vivido con ella, que era una puta, una prostituta», recordó la víctima; unas expresiones que también escuchó su hija. Aunque el acusado ya no vivía con ella, continuó llamándole constantemente para pedirle, primero, 50.000 euros y, luego, 25.000 euros por los trece años de matrimonio que había mantenido «como un tonto».

La juez ha considerado que la denunciante, representada por el letrado Marco Antonio Navarro, es «persistente» en su declaración, de modo que «relató los hechos de una manera sustancialmente idéntica a como lo hizo al declarar tanto en fase de instrucción judicial como en sede policial». De hecho, añade, el testimonio de la víctima “goza de ausencia de incredibilidad subjetiva” debido a su “firmeza, seguridad y persistencia”.