Un año de cárcel para padre e hijo por agredir a diez policías locales de Zaragoza

Apenas había transcurrido media hora desde la entrada en vigor del estado de alarma cuando la sala de emergencias del 092 recibió una llamada que alertaba de la celebración de una fiesta en el interior de un domicilio ubicado en la calle Santiago Lapuente de Zaragoza. Quien dio la voz de alarma la medianoche de ese 15 marzo de 2020 refirió que los moradores molestaban con la música, por lo que los agentes se dirigieron hasta allí con intención de que cesaran su actitud. Pero se encontraron con una lluvia de maceteros, extintores, escupitajos, latas de cerveza y cristales protagonizada por una familia colombiana que durmió al completo en los calabozos del Actur-Rey Fernando. Ayer, padre [Alberto V. N. (Colombia, 1956)] e hijo [Raúl Alberto, V. L. (Colombia 1985)] reconocieron los hechos ante el tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza y aceptaron una pena de un año de cárcel como autores de un delito de atentado a la autoridad.

El acuerdo alcanzado entre el ministerio fiscal, la acusación particular a cargo de José Luis Melguizo y la defensa ejercida por Carmen Sánchez Herrero también incluye una multa de 180 euros por cada uno de los cuatro delitos leves de lesiones que cometió Alberto V. N. –720 euros en total– y 8.000 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil que deberá abonar el primogénito.

La citada conformidad, por otro lado, retira la acusación que pesaba sobre diez agentes de la Policía Local al considerar ahora que no actuaron de forma desproporcionada. Inicialmente, cada uno de ellos se enfrentaba al pago de una multa de 3.360 euros porque algunos de los miembros de la familia sufrieron contusiones en diferentes regiones del cuerpo como la cabeza, la muñeca, la espalda o la pierna.

Los hechos referidos se remontan a la medianoche del 15 de marzo de 2020, en torno a las 00.30 horas. De acuerdo al escrito de calificación del ministerio público, los agentes fueron recibidos con una actitud tan violenta que, en un primer momento, no pudieron detenerles, recularon hasta la calle y solicitaron refuerzo policial. Cuando les engrilletaron, continuaron increpándoles –«hijos de puta, os vamos a matar y os vamos a pegar el virus», gritaron–. La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza.