La desaparición de Compay Segundo ha provocado una avalancha de reacciones a un lado y otro del Atlántico. En España, la sociedad General de Autores y Editores (SGAE) lamentó ayer "profundamente" la muerte del cantante, compositor y tresero a quien la Fundación Autor había editado su biografía hace tres años. Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas, consideró que su muerte "había vestido de luto al mundo artístico e intelectual" de Latinoamérica.

El escritor y político cubano Miguel Barnet, de visita en España, le consideró como el último de los grandes trovadores cubanos. "Cuando alguien como él se va, muere algo de todos, porque es no sólo nuestra memoria, sino la de nuestros padres y nuestros abuelos".

En Cuba, el fallecimiento del músico ha supuesto una verdadera conmoción. El compositor Richard Egües, autor del popular chachachá El bodeguero, dijo que "nos deja su música, sencilla como él mismo. Será recordado no sólo por su arte sino tambíen por su calidad como ser humano". Para otro compositor, José María Vitier, "Compay se lleva unas formas artísticas irrepetibles".El pianista Chucho Valdés, hijo de Bebo Valdés y ganador de cuatro premios Grammy, consideró que el artista se ha ganado la inmortalidad "porque su pieza Chan Chan ha logrado una popularidad equiparable a la Guantanamera, de Joseíto Fernández". Según Omara Portuondo, diva del Buena Vista Social Club,

ha logrado una popularidad equiparable a la de Joseíto Fernández". Según Omara Portuondo, diva del Compay era "lo más auténtico de la música cubana. Suerte que el mundo entero llegó a saberlo".