NACIDO EN MADRID

EDAD 50 AÑOS

ACTUALIDAD DOS AÑOS DESPUÉS DE TRIUNFAR EN LA EXPO CON ´CABARET LÍQUIDO´ REGRESAN CON EL ESPECTÁCULO EVOLUCIONADO

--La primera pregunta es casi obligada dado que estrenaron su espectáculo en la Expo, ¿en qué ha evolucionado Cabaret líquido en todo este tiempo?

--Ha evolucionado muchísimo. En la Expo hicimos seis programas diferentes con artistas invitados y eran pequeños números de 45 minutos cada función. Ahora hemos cogido lo mejor de cada uno, los hemos unido y hemos hecho cosas nuevas. El que venga a vernos ahora verá otra cosa que lo de la Expo, son fragmentos de todos con otro sentido nuevo aunque siempre con el mismo espíritu.

--¿Y cómo se unen todos estos números en un solo espectáculo?

--Sin dolor y sin solución de continuidad. Sigue sin existir un hilo conductor más allá de que los personajes son los mismos y van cambiándose de vestuario. Pero quizá ahora el espectáculo ha cogido un sentido que tiene que ver con la alegría, la gente va a ver el espectáculo y sale habiéndole cambiado el ánimo y eso es un valor muy importante, sobre todo hoy en día.

--Cabaret líquido es un viaje por diferentes partes del mundo en el que toman importancia los valores interculturales, ¿la globalización ayuda a entenderlo?

--Es un viaje interior, desde nosotros y, sobre todo, desde la ironía. Por ejemplo, la visita a Japón es muy poética, con las gheisas... Pero sí, aunque vengamos de Granada no somos flamencos. Nuestro espectáculo está definido por la variedad y la globalización, partimos de pensar en global para actuar en local.

--¿Es el cabaret una forma más libre de contar cosas que lo que puede ser el teatro?

--De alguna manera sí. El cabaret son muchos lenguajes que permiten contar contenidos muy variados y con lenguajes muy definidos. En hora y media de pequeñas historias juegas con el público y manejas su ánimo más que la historia. A nosotros lo que nos interesa es más el ánimo del público que su pensamiento. Es un viaje muy libre.

--En Zaragoza en concreto, el auge del cabaret es un hecho con varios espectáculos en la ciudad, ¿a qué cree que puede ser debido?

--Nos está cambiando el pensamiento y es algo magnífico. Nos hemos dado cuenta de que este mundo de derroche en el que vivíamos tiene que cambiar. Y el cabaret en momentos de crisis siempre ha estado en auge porque ten en cuenta que un artista solo, puede hacer un espectáculo de cabaret, no necesita una gran compañía. Por otro lado, también el público necesita algo más directo, tirar abajo la cuarta pared y todo eso lo tiene el cabaret porque el espectador está dentro del espectáculo. En el Berlín de Weimar surgió el mejor cabaret, en el corralito el mejor cine argentino... Lo que necesita la gente en estas épocas es ternura y esperanza.

--¿Qué les supuso ganar el premio Max al Mejor Espectáculo Musical con este cabaret en el 2008?

--Es un síntoma de lo que te decía antes, del cambio de pensamiento. De que en tiempos en los que los teatros musicales son casi todo reposiciones de cosas ya hechas, se está empezando a valorar la creatividad.

--¿Cree que se valora poco la creatividad?

--Muy poco. En el teatro, evidentemente, pero en el musical mucho menos. No confían en ella ni los grandes productores que se traen espectáculos ya hechos donde todo está cocinado. Y en el teatro se valoran más las cabeceras de cartel, los actores de reparto, que la calidad de los espectáculos. Y eso es todo por la lógica del mercado y el marketing que se ha impuesto. El neoliberalismo y esta crisis ha dejado a la cultura arrinconada y perdida.

--Sin embargo, sigue creando...

--La creatividad es una condena, no una elección. Es lo que somos. No menosprecio a la gente que hace otra cosa pero los que creamos también somos necesarios en la cultura de este país.