En un ensayo sobre Woody Allen, Richard Schickel, crítico de la revista Time, sugirió que el público estadounidense había abandonado al cineasta, algo que Allen rechazó en una entrevista con The New Yorker. "Lo que verdaderamente pasó es que yo les dejé, no me dejaron ellos a mí. Si hubiera seguido haciendo Manhattan o Annie Hall, ese mismo tipo de películas, estaban totalmente preparados para encontrarme a mitad de camino", afirmó.

Han pasado 15 años desde que Allen usó ese argumento; solo seis desde que dijo en otra entrevista: "Mi relación con el público estadounidense es exactamente la misma que ha sido siempre: nunca vinieron a ver mis películas, siguen sin venir ahora". Pero ahora, en el arranque de esta segunda década del siglo XXI, hay algo seguro: Se piense lo que se piense de Midnight in Paris comparándola con Annie Hall o con Manhattan, la cinta ha ayudado a Allen a conectar de nuevo con el público de Estados Unidos.

Si se actualizaran las cifras y teniendo en cuenta el precio de las entradas en los 70 y los 80, Hannah y sus hermanas y los dos títulos mencionados superaron la taquilla y el número de espectadores de esta aventura parisina. No hay duda, no obstante, de que Allen Stewart Konigsberg ha vuelto a encontrar la forma de comunicarse con sus compatriotas. Midnight in Paris roza los 27 millones de euros recaudados y ha pasado por 1.038 salas de EEUU (se estrenó en seis en mayo). Y de las 10 películas que Woody Allen ha estrenado desde el 2000, solo tres superaron los 10 millones de euros.

En el éxito no hay un solo factor. El fundamental, por supuesto, es la película que ha creado Allen, pero ayuda que críticos acostumbrados a vapulearle se hayan entregado con pasión a este trabajo. Los principales especialistas que sigue la web Rotten Tomatoes le dan una media de 95 sobre 100. Y el reencuentro lo reflejan reflexiones como la de Kenneth Turan, del Los Ángeles Times ("aquí va una frase que pensé que no volvería a escribir otra vez: Woody Allen ha hecho una maravillosa nueva película") o la de Ella Taylor, de la radio pública ("una dulce historia de un antiguo maestro que ha hecho poco más que repetirse en las últimas dos décadas").

PROMOCIÓN DE ´GUERRILLA´ Ha contribuido también el boca a oreja, especialmente entre el público joven que fuera de urbes como Nueva York y Los Ángeles no es el tradicionalmente asociado a Allen. Y no es despreciable el esfuerzo que ha hecho Sony Pictures Classics, que, aparte de invertir 7,5 millones de euros en la promoción, ha usado tácticas de guerrilla como conseguir una lista de periodistas que iban a entrevistar a Owen Wilson por Cars 2 y escribirles animándoles a preguntar al actor por su trabajo con Allen o poner anuncios en busca del público de edad similar a los 75 años del cineasta en retransmisiones de béisbol o en el canal del tiempo.

Midnight in Paris, además, se ha estrenado en mercados pequeños tradicionalmente inhóspitos para Allen como Montana, Misisipí, Alabama y hasta en Kerrville, una localidad de 23.000 habitantes en Tejas. De allí es un directivo de la distribuidora, que ha reconocido: "Es la primera vez que nos pasa".