--Después de un año anunciándolo, esto se acaba... ¿Siente nostalgia?

--Es como una noticia que se digiere poco a poco. Se sienten cosas muy diferentes, pero nostalgia, no. ¿Sabes qué pasa? Que aunque nos vamos despidiendo como seguimos haciendo conciertos, el directo te sigue alimentando las ganas. Tengo mucha ilusión por una época nueva, aunque también con vértigo, con un cosquilleo en el estómago, pero con muchas ganas de experimentar.

--¿Es un final feliz?

--Eso depende como lo viva cada uno y la perspectiva que tenga de las cosas. No hay ninguna verdad mayor que la otra, pero esto es fruto de un proceso muy consciente y coherente.

--¿Cuál es la verdad de Marina?

--Que toca parar. Tengo la sensación de que es necesario hacer otras cosas, iniciar un nuevo ciclo. Se puede hacer un paralelismo claro con una pareja que nota que está caducando. Podrías seguir conviviendo con él, pero ya nada funciona como antes. Llevábamos doce años sin parar, dando el 120% y yo ya avisé de que necesitaba descansar. Tengo un niño de tres años y ya necesito hacer otras cosas. Por Ojos de brujo ha pasado mucha gente, hemos tenido nuestras diferencias, que parte del mismo concepto de hacerlo todo tan democrático, nadie mandaba, era todo asambleario y no todo es tan sencillo... Casi lo que era inexplicable es que Ojos de brujo funcionara dentro de ese caos, había un hilo invisible que hacía que todos miráramos hacia el mismo lugar. Cuando empiezan a aparecer inseguridades y a reflejarse la cosa de diferente manera, era mejor parar y tampoco pasa nada. Hay que ser muy coherente.

--¿Fue consensuada la decisión de parar?

--No, pero tampoco nadie dijo que seguía con Ojos de brujo, que a mí me hubiera parecido bien. Es la historia de la vida.

--¿El concierto de esta noche en Pirineos Sur será especial?

--De los conciertos más bonitos que he tenido han sido en Pirineos Sur. Siempre me he sentido como en casa entre ese público, el espacio... Estoy muy motivada. Tocaremos los dos temas inéditos que incluimos en este último disco y luego haremos un resumen de temas de nuestra carrera para que la gente baile, aunque siempre es difícil contentar a todos.

--Al final, los invitados de esta noche serán Peret, Roldán González y el rapero Kumar, ¿por qué este cambio con respecto a los anunciados inicialmente, entre los que estaban Amaral y Manolo García?

--Verano es una fecha difícil, porque los que no están de gira, están de vacaciones y al final no ha podido venir todo el mundo que queríamos, pero estará Peret que nos hace mucha ilusión. Él nos invitó a un concierto suyo cuando no éramos nadie, precisamente en Zaragoza, con mi abuela y todas mis tías allí, ¡y nos presentó como Ojos de buey! Es una de las cosas a recordar.

--¿Su familia es zaragozana?

--Sí, y tengo anécdotas muy graciosas de mi abuela. El primer concierto que dimos en Zaragoza fue en el Parque Delicias y mi abuela estaba en primera fila como nuestra mayor fan, pero como le molestaba tanto el ruido se puso pañuelos en las orejas y te aseguro que desde el escenario la imagen era muy graciosa (risas). Y luego, otra vez, en la sala Oasis, estaba mi abuela en uno de los palcos VIP y le dediqué una canción. Ella se puso a saludar como si fuera el rey y la gente empezó a corear "abuela, abuela". Zaragoza es mi segunda casa, ahí pasaba muchos veranos.

--Se acaba Ojos de brujo y hay que pensar en el futuro. ¿Qué tiene pensado hacer Marina Abad a partir de ahora?

--Estoy ya con mi nuevo proyecto, que es ni más ni menos que el de Ojos de brujo. Tengo libretas y libretas llenas de temas que no pudieron entrar en su momento con este proyecto y ahora verán la luz. Voy a ser otra Marina, que también me apetece que se vea.