EL SIGNO IMPRECISO

AUTOR José Antonio Conde

EDITORIAL Prensas Universitarias de Zaragoza

PÁGINAS 57

De un modo discreto pero a la vez constante, el poeta ejeano José Antonio Conde ha conseguido labrarse un importante puesto en la poesía actual aragonesa. Dotado de un envidiable rigor en el uso del lenguaje, sus versos se han ido haciendo cada vez más despojados, buscando en cada una de sus entregas poéticas --que son ya unas cuantas-- una mayor concisión expresiva. En este viaje hacia lo más esencial de la palabra, El signo impreciso, que acaba de publicar Prensas Universitarias de Zaragoza, es su más reciente estación.

Podría decirse que este poemario es casi un tratado de filosofía. De una filosofía que se pregunta por el ser, como la de los presocráticos, que se intuyen en los versos depurados y concisos de Conde. No es casual que la cita inicial que encabeza el libro sea de Parménides, pero no es el único nombre que viene a la cabeza al leer sus versos, que también evocan a Heráclito y su noción de que todo fluye, de la dialéctica y del logos creador.

Precisamente es a través de la palabra como se trasciende esa imprecisión del signo que anuncia el título del libro, y muchos de los poemas que lo componen ilustran esa idea. No obstante, al adelgazarse la forma expresiva se adensa el contenido, y la búsqueda de la definición justa no se convierte en un camino sencillo.

Así, la densidad de algunos de estos poemas los convierte en algunos casos en oráculos de difícil asimilación; pero también a Heráclito lo apodaron el Oscuro cuando expuso en sus textos la problemática del ser. Aun con esa exigencia pedida al lector, José Antonio Conde deja exquisitas muestras de poesía, como: "Reducir la nieve a semilla, / pasar del sollozo a la piedra / y escoger la palabra por el vértice / para cuidarla en su cuarentena / es acostumbrarse al conflicto del verbo / en su camino a la perfección".