--Llega a Lanuza para actuar en Pirineos Sur y presentar su Ejazz con jota. Parece su sitio natural por el concepto propio del festival.

--Es como que se junta todo, está dedicado a las mujeres, el mestizaje, la fusión... Vamos, que estaba hecho para mí. Debe ser que por eso he tardado tanto en conseguirlo...

--Pero ya actuó hace unos años, ¿no?

--Un concierto entero será la primera vez. Estuve hace once años cuando participé en un concierto conjunto con varias cantantes pero actuábamos media hora cada una.

--¿Y cómo lo afronta?

--Es una gran oportunidad, un apoyo de mi tierra y un reconocimiento.

--Y llega también junto a un premio...

--Todo se ha juntado. Las cosas malas no vienen solas (risas). Mi vida siempre ha sido un poco agridulce. La andadura de este disco no está siendo nada fácil. Es complicado llevarlo adelante. Aunque estoy contenta con el resultado artístico y la acogida de la gente, está siendo muy complicado, pero voy teniendo el apoyo de la gente y los seguidores que nunca me fallan.

--Una aventura en la que lo ha hecho todo, hasta poner el dinero... Un año después de su publicación, ¿qué balance hace?

--No me arrepiento de lo que he hecho pero soy consciente de que es un proyecto arriesgado sobre todo en los tiempos que corren. Este año ya puedo decir que empezaremos a proyectarlo fuera de aquí que era un poco el fin para el que nació, para internacionalizar nuestra música y que la entendieran fuera de España. En noviembre cantaré en París, por fin cumpliré el sueño de mi vida, la París en París (risas). Beneficios materiales no me da muchos pero sí muchas satisfacciones en lo artístico y en lo emocional.

--Esa es su manera de entender la música, como algo más que un beneficio material.

--Sí, lo que pasa es que se hace muy duro en estos tiempos porque ya no es que ganes dinero sino que subsistas. Recuperar el dinero del disco ya sé que nunca lo recuperaré, la cosa es ir viviendo por el camino. Algo que hoy en día no está fácil.

--¿Cómo se han recibido esas jotas en inglés en el extranjero?

--En Nueva York se reían mucho, les hacía mucha gracia y les gustaba porque, a la par que les sonaba exótico, les sonaba familiar. Yo se lo estaba dando pasado por un lenguaje por ellos conocido. Es una manera de acercarles la forma de decir las cosas para que las entiendan.

--En su primer disco ya se aproximaba al jazz pero ahora se ha echado en sus brazos...

--Ahora he dicho 'como que solo una canción o dos, ahora te voy a hacer el disco entero de jazz' (risas). Lo que he hecho es imaginarme cuando el Pastor de Andorra estuvo de gira por Estados Unidos en los 70, le llevaron a cantar ante Kennedy y le tradujeron una copla en inglés. Me he imaginado que en vez de volverse para aquí, se hubiera quedado allí y hubiera acabado hablando en inglés y cantando con la orquesta de Frank Sinatra. Y he hecho como si eso hubiera sucedido en esa época, que era la de las grandes orquestas.

--¿Insinúa que desde ahora solo cantará en inglés?

--¡No! Siempre mezclado... Cada vez hay más grupos que son de aquí que les da por cantar en inglés pero imitando la música anglosajona. Esto es decir, 'es muy moderno cantar en inglés, pues lo voy a hacer pero por jota'.

--Siempre ha sido una innovadora...

--Más que innovadora, soy temeraria y eso me ha llevado a la innovación.

--Y también críticas de los puristas...

--A mí me interesa la gente joven porque también se fijan en las tradiciones y sé que muchos chavales jóvenes que hay en las rondallas, les gusta escuchar las jotas de esta manera.

--¿Es una manera de renovar la tradición que estamos maltratando entre todos?

--Está bien que haya gente que la mantenga como es y también hace falta gente que a partir de eso innove. Las dos cosas son necesarias para la riqueza cultural.

--En Pirineos Sur va a actuar acompañada de la big band de Pepe Rivero. ¿Cuál va a ser el repertorio?

--Estará más de la mitad de la big band. Un lujo que no puedo permitirme últimamente. Interpretaremos el Ejazz con jota pero también algunas de mis canciones anteriores.