Un "escaparate de lujo" en el que se juegan prácticamente su "supervivencia". El Salón del Cómic de Zaragoza es una cita fundamental para las editoriales aragonesas y las asociaciones que publican tebeos de autores de la comunidad. "Es un escaparate de lo que vamos haciendo a lo largo del año --arranca Daniel Viñuales, de GP Ediciones--, y buena prueba de ello es que todos preparamos publicaciones ex profeso para la cita". Algo que corroboran tanto Carlos Pérez, de Malavida (editorial Cornoque) y Óscar Senar, de la asociación Thermozero.

"Cuando llega noviembre, siempre publicamos novedades porque llegan tres grandes ferias para nosotros, Getxo, Monzón y el salón de Zaragoza, que es donde más vendemos en todo el año", asegura Carlos Pérez que da la clave: "El salón nos permite llegar una gran parte del público que viene a pasar un rato divertido, no solo es el público friki que quizá es el que se puede encontrar en Madrid y Barcelona". "Todo el mundo dice que es muy familiar --señala Senar-- y es que viene mucha gente no solo por los cómics y eso hace que podamos llegar a un público nuevo porque, al final, el público generalista, ¿por qué no va a comprar cómic generalista?".

MÁS DE 16.000 VISITAS

El año pasado, la cita recibió más de 16.000 visitas lo que conllevó también un buen número de transacciones. Para esta cita, GP Ediciones ha publicado, entre otras, Jano in corpore sano, de Bernal y Tierra negra, de José Antonio Ávila y el propio Viñuales; Cornoque Estoy hecho un cocinicas, de Xcar, Azagra y Revuelta o El Necrocomicón, de Dani García-Nieto, junto al último tebeo de Kalitos; y Thermozero llega al Salón con su nuevo (y último) número de su fanzine y con Magus, de Mikelodigas.

"Ese fin de semana se vende mucho. De hecho, es lo que al final del año te hace cuadrar las cuentas", se sincera Viñuales. "Es el motor que hace que todo el mercado editorial aragonés funcione", apunta Senar, que tiene claro que el Salón es, además, una prueba de "lo que funciona o no" ante un público aragonés que suele ser muy fiel con el producto de casa: "Es una opción para el público no entendido de ver todo lo que se edita en Aragón y, la verdad, es que la gente de aquí siempre responde con los autóctonos", remata Óscar Senar. Algo que, al final repercute en todos, porque tal y como dice Carlos Pérez, "vender bien ayuda a sacar más publicaciones" que luego acabarán atrayendo al público.

En ese sentido, la importancia de una cita como el Salón del Cómic en Zaragoza es fundamental para el género: "Si no existiera, no habría cómic ni en Zaragoza ni en Aragón --dice con contundencia Senar--, habría francotiradores sueltos como quizá Álvaro Ortiz que está publicando con Astiberri pero no perviviría un mercado como el que hay ahora".

"NUESTRO GRANITO DE ARENA"

"El mundo del cómic en España es muy complicado y nosotros intentamos aportar nuestro pequeño granito de arena para que la gente pueda intentar publicar sus trabajos", explica Viñuales, que afirma que GP no es más que "un escaparate del cómic aragonés para el resto de España. Si se pueden ambientar películas y novelas en muchos sitios y a todos nos gustan, ¿por qué no podemos tener nosotros historias que se desarrollen en Aragón con gente que dibuje de aquí para el resto del mundo? Aquí hay un enorme talento y si no le damos salida nosotros, nadie va a venir a hacerlo", reivindica el editor.

Lo que no tiene ninguna duda es que el cómic está viviendo un auge muy importante en los últimos años (no solo al amparo de la novela gráfica) que ha repercutido también en una gran variedad de temática: "Hay para todos los gustos y de todo tipo", indica Carlos Pérez, que prosigue: "está la vertiente artística, la de entretenimiento, la didáctica... El tebeo ya se ve como otra forma de arte y entretenimiento". Y ahí, la capital aragonesa ocupa un lugar destacado porque aquí, concluye Daniel Viñuales, "hay una cultura de cómic muy importante y eso se nota".