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en el museo goya de ibercaja, hasta el 2 de junio

Lita Cabellut, en casa del maestro

La artista aragonesa expone ‘La victoria del silencio’, una muestra en la que pretende dialogar con Goya

Lita Cabellut, en casa del maestro

«Me siento como una niña descalza que tiene que estar en la cama pero quiere un beso de buenas noches». Así se expresó ayer Lita Cabellut al presentar la exposición La victoria del silencio, que podrá verse en el Museo Goya de la Fundación Ibercaja hasta el 2 de junio. Es la primera vez que la obra de la aragonesa puede verse en Zaragoza, en un museo que es «la casa del maestro que tanto admiro», por lo que incluso se imagina «qué me diría y esperaría que me dijese que muy bien».

Y es que la artista nacida en Sariñena reconoció que ha sido el artista de Fuendetodos el que le ha dejado «una herencia intelectual y enseñado que los artistas tienen que ser testigo de lo que están viendo». Además, reconoció que al montar la exposición quiso que hubiera «un diálogo entre las salas y con el público, pero sobre todo con el maestro». De hecho, cuando trabaja «Goya está siempre presente, igual que Camarón, al que escucho»

Casi todo lo que pinta lo vende casi al instante, pero para La victoria del silencio -compuesta por 40 piezas presentadas en seis obras individuales, cinco dípticos, cuantro trípticos y un políptico creadas mayoritariamente para esta exposición- pensó en piezas de su colección privada porque «son evocativas». Ahí estaba Huo, que «en casa decían que era la niña de Goya». Detrás de ella aparece una oreja pero «yo la pinté antes de saber de la exposición, así que cuando me dijeron pensé ‘ya tengo la primera pieza’».

CUADROS SOBRE TEMAS

Lita Cabellut pinta sobre los «temas que me preocupan» como «la violencia doméstica» como demuestra en La esquizofrenia de la pobreza. Como en todos los trípticos, la artista crea cuentos visuales. La primera obra es la más figurativa, la que cuenta la manera en que lo percibe; la segunda pieza, la abstracta, es la que «me permite entender su esencia», y a la tercera llega como un «proceso de la vida» a través de la técnica del craquelado, que consiste en fragmentar, descomponer manualmente el lienzo. Los cuadros «se transforman y yo lo que hago es patearlo, pero no por enfado sino por el choque de la materia y de la vida». Porque la materia es «solo un instrumento para el arte».

Para Cabellut, hay que «entender la esencia del arte para así acercarme a la libertad, que es lo más difícil porque es esa libertad la que trae el silencio» a la que hace referencia el título.

Lo mismo sucede en Dhanu, porque «todos somos reyes y nos destronan y perdemos influencia cuando el tiempo pasa. La Historia es un juez justo»; y en Kumba, donde se imagina y retrata la soledad urbana a través de un hombre que escucha una voz y que el paso del tiempo descompone; porque dibuja como Goya, que «dibujaba la distorsión de la belleza y la humanidad». También recuerda al maestro en Pincelada naranja, que sería la Maja, de una «belleza absoluta», que recuerda a Rosalía, una artista que le encanta porque «rompe tradiciones».

La exposición, para la que ha habido un «aluvión» de llamadas para concertar visitas fue presentada ayer, además de por la artista, por José Luis Rodrigo Escrig, director general de Fundación Ibercaja; Rosario Añaños, directora del Museo Goya; y Antón Castro, que ha firmado el catálogo y que hoy entrevistará a Cabellut en un encuentro en el museo, a las 19.00 horas. Ayer, la definió como una artista «intensa, activa, coherente, que defiende su condición de mujer, que no se pinta a sí misma pero todo es un autorretrato».

Además, la Fundación Ibercaja ha organizado visitas guiadas para grupos (de lunes a sábado) y público individual (sábados) y talleres también los sábados, desde el 23 de febrero hasta el 2 de junio.

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