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falleció ayer en parís a los 97 años

Adiós a Pierrete, hija del gran escultor Pablo Gargallo

Fue la principal impulsora del museo dedicado a su padre en la capital aragonesa

Adiós a Pierrete, hija del gran escultor Pablo Gargallo

Pierrette Gargallo de Anguera (París, 1922), única hija del gran escultor aragonés Pablo Gargallo, y gran impulsora del museo dedicado a su padre en Zaragoza en los primeros años de la década de los 80 del siglo pasado, falleció ayer en la capital francesa a punto de cumplir 97 años.

Pierrette, que visitó muy a menudo Zaragoza, «donde siempre se encontraba feliz», en palabras de Romana Erice, la jefa de la Unidad de Museos y Exposiciones del ayuntamiento de la capital aragonesa, dedicó su vida a velar y difundir la obra de su padre, del que solo pudo disfrutar 12 años de su vida, lo que no le impidió tener vívidos recuerdos de aquella infancia con su progenitor.

En una entrevista en el 2003 concedida a este periódico, Pierrette Gargallo recordaba así a uno de los escultores más importante del pasado siglo: «Cuando no le salía una escultura como él quería, valía más no estar». Un hombre serio que como relataba Pierrette: «No se podía hacer ruido durante el día; callábamos, porque él, por mucho que martilleara sobre el yunque o picara el mármol, necesitaba silencio». Sin embargo, afirmaba que Pablo Gargallo «tenía dos caras: la seria y la de la risa. La seria lo era mucho y quería decir, estoy trabajando y aquí no me debéis molestar».

ZARAGOZA, PROYECTO VITAL

Pierrette tuvo la suerte de criarse entre artistas como Juan Gris, Pablo Picasso y su progenitor, de los que explicaba que se trataba de hombres «concentrados hasta el infinito en sus obras desde la extrema pobreza».

La hija del escultor de Maella orientó prácticamente toda su vida a promocionar la obra de su padre y a que esta se reconociera como una de las más innovadoras en la escultura del primer tercio del siglo XX. El museo que el Ayuntamiento de Zaragoza dedicó a su padre fue su gran proyecto vital.

Dentro de esa labor de difusión por todo el mundo, primero con su madre Magali, luego en solitario y después con sus tres hijos, Pierrette Gargallo siempre mantuvo relación con los orígenes aragoneses de la familia. Historiadores y críticos, como José Camón Aznar o Federico Torralba, impulsaron el conocimiento de Gargallo en Aragón, a lo que por supuesto prestó atención y colaboración Pierrette, con una primera pequeña exposición realizada en Zaragoza en 1972 y una segunda, de mayor tamaño, realizada en la Lonja en 1981, año del centenario del nacimiento del escultor.

Ese mismo año se produjo el ofrecimiento directo por parte de Pierrette para la creación de una fundación dedicada a Pablo Gargallo en Zaragoza, lo que tras meses de negociaciones, desembocó en la firma del contrato fundacional del Museo Pablo Gargallo en mayo de 1982.

La donación de Pierrette y los trabajos realizados por el ayuntamiento, dirigidos por Rafael Ordóñez Fernández, el otro gran artífice del museo, permitieron la inauguración del centro en julio de 1985, el primero de gestión municipal. No obstante, no fue esa la única aportación de la hija del artista a la ciudad, y durante las décadas siguientes se sucedieron diferentes donaciones y permisos de reproducción que aumentaron la colección expuesta hasta duplicar el número inicial. Ocasiones que ella aprovechaba para seguir visitando Zaragoza cada vez que podía. «Le gustaba recordar y volverse a sentir entre las obras de su padre con las que había crecido», cuenta Romana Erice. Uno de sus hijos, Jean Anguera Gargallo, también escultor, expuso en el museo que lleva el nombre de su abuelo en 2016.

La ceremonia religiosa en memoria de Pierrette Gargallo tendrá lugar el martes 2 de abril, en la iglesia Saint-Étienne de Issy-les-Moulineaux, localidad cercana a París donde residía, y será inhumada en la estricta intimidad.

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